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Edición 17

“Idealista. Esa es la palabra con la que me definen y con la que me critican también”

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Juan Carlos De Biase
Operador del Mercado de Santa Fe
Director del Mercado – Presidente de Fenaomfra
Fecha de nacimiento 23-01-1959

Estamos en Buenos Aires. En un café al lado del Ministerio de Trabajo de la Nación. En un rato Carlos tiene que entrar al ministerio para la negociación de paritarias con el gremio (STIHMPRA). Acaba de terminar una reunión sobre el próximo congreso internacional del consumo. Al final del día tiene que volver a Santa Fe. Mañana es jueves y la venta es fuerte en el mercado.

Mientras hacemos la entrevista en el bar, en la calle se desarrolla una manifestación y los manifestantes nos obligan a charlar en voz alta. Así que lo que decimos tiene que ser importante. Tanto el y yo extrañamos nuestras ciudades natales, el interior. Buenos Aires nos cansa, acostumbrados a los ritmos de las ciudades más pequeñas. Pero aquí estamos y largamos. Yo pregunto, el se ríe y contesta al tiempo que me pide que acomode las palabras porque dice que no sabe expresarse bien.  Yo le digo que no se preocupe. Y confía.

Juan Carlos De Biase, santafesino de 55 años y operador de mercado de toda la vida. Padre de cuatro hijos. Presidente de la FENAOMFRA. Técnico electromecánico recibido del industrial. Acuariano e idealista. (Los del zodiaco dirán que son palabras sinónimas). “Esa es la palabra con la que me definen y con la que me critican también”, dice sonriendo.  Hijo de un italiano. Hermano del medio. Le pido que me cuente sobre su historia, su familia y el mercado:

“Tengo cuatro hijos. Tengo dos hermanos: Rubén, dos años menor que yo; José el mayor, unos tres años mayor que yo. Mis viejos ya fallecieron.  Mi papá vino de Italia a los 19 años, estuvo un tiempo en Rosario y luego de vino a Santa Fe y se dedicó siempre al mercado. Rubén es arquitecto y estuvo casi 20 años trabajando conmigo, mientras estuvo estudiando. Era mi mano derecha. Ahora es arquitecto. El más grande es maestro mayor de obras y trabaja en la Municipalidad y también a veces trabajan juntos.”

Entonces ¿el único que sigue la profesión es usted?

Los tres íbamos al mercado cuando éramos chicos. Pero yo la seguí. Cuando terminé la primaria  mi papá me compró dos canastos y una bici. Con eso vendía pimientos sueltos y choclos en el barrio porque yo vivía a una cuadra del mercado viejo, cuando estaba en avenida Freyre y Mendoza. Trabajábamos a las 4 de la mañana. Así que yo me levantaba a las 4 de la mañana, vendía, me compraba 10 o 15 cajones y con eso tenía mis pesos. A la tarde iba a la escuela. En la época de la facultad seguí yendo al mercado. Entraba a las 4 también y yo iba la Tecnológica en la costanera. Entraba a las 7 de la tarde y salía a las 12 de la noche. Llegaba a mi casa y mi vieja me tenía preparada la milanesa con puré. Y si no iba a la Tecnológica y me iba al boliche, tenía que estar  cuatro menos cinco si o si en mi casa. Y no me acuerdo nunca de haberle fallado o haber llegado tarde. Ahora tengo mi hijo adolecente y le  digo vení a las 8 y llega a las 9. (Se ríe). Mi mamá siempre fue ama de casa. En esa época nosotros vivíamos a una cuadra del mercado y no se veían mujeres. Era raro.  No era que estaba mal o que les faltaban el respeto pero no se veían.

¿Y sus hijos, trabajan con usted?

El segundo sí, está conmigo en el puesto. Mariano que tiene 25 años. Naty, mi hija mayor pertenece a la plantilla del mercado hace cuatro o cinco años y trabaja en la gatera. Lucía que va a cumplir 17, está estudiando igual que Luciano que tiene 14.

A Mariano al principio le costó. Ahora creo que le agarró el gustito. Yo a Mariano lo incentivo de la misma manera que mi papá lo hizo conmigo. La imagen que yo tengo de mi papá es que  no me pagaba. Me daba la posibilidad de vender, si me iba bien, me iba bien y si me iba mal, mal. Yo a Mariano le doy un básico que trato  que sea poco. Y le doy un artículo como el ajo y que le lo maneje. Sabe si hay mucho si hay poco, si tiene que traer. Y también trato de que maneje los clientes. Para que se haga. Al principio, si yo le daba por día le daba lo mismo. Así creo que le agarró el gusto.

¿Por qué le gustó esta actividad?

Personalmente siempre me voy a arrepentir de haber dejado el estudio porque no me costaba. Me gustaba. Por ahí se contradice, pero yo siempre estuve en el mercado y siempre me manejé con plata, y no te digo que dejé el estudio por tener plata en el bolsillo, sino que creo que el  qué me haya gustado es virtud de mi papá.  Desde que tengo uso de razón en mi casa siempre se habla del mercado. Nos lo supo inculcar tanto que me entusiasmé con esa vida. A veces me lo pregunto.  ¿Por qué miércoles no seguí estudiando? No sé. Mi viejo no nos lo prohibía. Al contrario. Pero mi hermano más chico si estudió y se recibió de arquitecto e hizo un carrerón. Una sola vez lo aplazaron y mi viejo le decía: está bien. Y nada más. Mi vieja no. Mi viejo era esos gringos así más bien duro. En cambio mi mamá era un amor. Muy demostrativa. Y los tres somos así. Yo quizás salí el más pegote con mis viejos.

¿Cuándo se largó solo?

Ya  finales de los ´80  más o menos yo  me hacía cargo el puesto y mi viejo seguía yendo de vez en cuando. Después de que nos pasamos al mercado nuevo mi papá se enfermó y estuvo mal como seis o siete años más o menos. Un día mí mamá estaba amasando los fideos verdes, se descompuso y falleció. Y mi papá al año y medio no aguantó y también falleció. Nosotros somos tres y nunca tuvimos diferencias. Mi papá siempre decía que éramos tres hermanos, pero el puesto era mío porque era mi sustento. Así que dividimos, mis hermanos se quedaron con las otras cosas y yo con el puesto.

¿Y cómo considera usted que le ha ido en su profesión?

Hemos tenido épocas muy buenas y muy malas. El mercado es así.  Uno es como nos criaron. Lo que yo pude percibir o aprender de mi papá es que, a pesar de el mercado tiene sus altibajos, el país tiene sus altibajos y la economía tiene sus altibajos, la curva con mi papá fue siempre así (y dibuja en el aire con el dedo una curva contante)  si yo me tuviera que definir diría que tuvimos épocas de tipo, pero trato de que las curvas sean lo menos empinadas posible. En la mala aferrarte bien y en las épocas buenas no despilfarrar para las épocas malas. Y si me doy vuelta para atrás y veo  todo lo que transcurrimos en el mercado me parece que un poco es esfuerzo.

¿Qué disfruta más y que le pesa más de la actividad?

Yo ya tengo 55 años, uno  empieza a perder la paciencia y lo veo a mi hijo, que ya le esta agarrando el gusto, con otra impronta para tratar el cliente. Pero creo que a veces lo malo del mercado  se compensa con el folclore, no sé cómo decirlo, pero a veces en la venta, durante el día, la pasas tan lindo. Es la verdad, pasan cosas lindas. Los grupos de amigos, los clientes, el reconocimiento de la gente. Cosas que en otro rubro no sé si ven.  Me molestan mucho  los celos de la actividad. No me gusta cuando se priorizan las cuestiones de piel antes que las acciones. A veces se están fijando en quien lo dijo en vez de lo que dijo. Y también me enoja mucho la falta de lealtad. No la competencia. Pero me parece que en la vida misma, y en el mercado hay códigos, hay principios. No me gusta cuando se priorizan otras cosas en vez de la lealtad y más en estos mercados que ya somos segunda o tercera generación. Nos conocemos desde los pañales. Entonces duele más si no hay lealtad.

¿Por qué se decidió a ser dirigente y participar de espacios como Fenaomfra?

En el mercado ya va a ser 17 años que soy dirigente. Mi papá nuca participó. Y en principio cuando me invitaron yo no quise ir, soy una persona más bien tímida. Pensar en sentarme en una mesa, hablar, expresarme, hasta ahora me cuesta hablar en público, entonces me costaba. Así que la primera vez no fui. Y después Berrico me invitó de nuevo, y mi papá me dijo que fuera.

A mí la palabra dirigente no me gusta. No me gusta sentirme dirigente, de hecho no me creo, no tengo carácter para ser líder, y menos caudillo. Pero es el sector que quiero y que conozco. Entonces es una manera de solucionar las cosas malas y mejorar o acelerar las cosas buenas. Por eso estoy.

¿Por qué decidió postularse como presidente?

Yo no me decidí. Me designaron. Mis compañeros me propusieron y acepté porque creí que era un buen desafío. Yo había sido secretario de ese grupo. Y conocía la gente con la que iba a tener que trabajar y discutir y eso me entusiasmó. Además te digo sentí un orgullo muy grande de que me eligieran y por eso acepté.

¿Por qué cree que sus colegas lo acompañan y apoyan?

No me gusta hablar de mí mismo. Me gustaría saber qué dicen ellos. (Se ríe) Creo que lo que más valoran es la franqueza. A mí mi la política no me gusta pero al final todo es política. Y creo que todos están tranquilos conmigo porque saben lo que pienso. Podemos estar de acuerdo o no, pero yo te digo lo que creo.  Y eso es fundamental. Porque  ¿qué  podes consensuar con un tipo que no sabes para donde va a disparar?

¿Cuáles considera fueron los mayores logros de la Federación en estos últimos años?

O sea hablar de logros en estos últimos años es opacar los logros de años anteriores. Yo sé de las cosas que se hicieron desde que me empecé a involucrar. Pero todo es resultado de todos.  Creo que el mayor logro es poder ser representativo. Que hayamos, en los últimos tiempos, podido estar sentados ante los estamentos públicos discutiendo, es un logro importante. Fundamental diría yo. Mirá yo me acuerdo que cuando asumí la presidencia en Santa Fe teníamos cuatro grandes temas y objetivos. El tema laboral. Hay que solucionar los changarines. Llegamos a sentarnos ante Tomada. (Aclaración del editor: hace referencia a la reunión que tuvieron con el Minsitro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada para discutir una solución en realción a los changarines y el trabajo informal) La gestión la hicimos. El tema de SENASA. Lo lógico es nivelar para arriba. Al menos dentro de lo posible en cada mercado. Y hoy hemos logrado el diálogo con el organismo ante cada mercado. La promoción de consumo.Es uno en lo que más nos hemos abocado y hemos logrado. Aunque no siempre se vea palpado ya en el bolsillo y los operadores no se den cuenta. Pero hemos instalado el tema. Y el último de siempre, es reducir el IVA en los productos frutihortícolas. Y se trata de gestionar. Presentamos los pedidos en diputados. Y es gestión.  Pero bueno es también cuestión de gestionar y priorizar. Yo siempre quiero nivelar para arriba. Yo no quiero hacer una federación para que los operadores se llenen de plata a costa de trabajo en negro o malas condiciones de sanidad. El sector tiene que crecer y eso es nivelar para arriba creo yo.

¿Qué le hace reír?

Las cosas simples me hacen reír. El absurdo. No sé si soy una persona alegre pero me gusta reírme.

¿Cuál es su virtud más valorada? ¿Qué talento desearía tener? 

Es feo decirlo yo creo. Pero mi mejor virtud creo que es  ser idealista. Los sueños. Pero me hace mal también. Se sufre mucho.

¿Cuál es el defecto que más odia de usted mismo? 

No saber mandar. Yo sugiero pero no mando.

¿Algún talento que desearía tener?

Tener la capacidad para imponer lo que yo creo. Yo me considero inteligente, pero no tengo la capacidad para expresarme. Me cuesta.

¿Tiene algún héroe o algún personaje actual o histórico al que admire? 

Mi viejo. Él es la persona que más admiro.

¿Un sueño aún por cumplir o algo que quisiera vivir?

Me estas preguntado cosas muy personales. (Se emociona y le cuesta hablar.) Lo que yo quisiera hacer es lo que hizo mi viejo en  con la familia. Yo quiero que el día de mañana me pase a mí lo que a el pasó conmigo. No sé si es lo correcto, pero yo quisiera que mis hijos me admiren como yo lo admiro a él. Ese es mi sueño.

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