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Floración y heladas

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|Neuquén|

Las últimas semanas han sido de temperaturas bajas en la zona del Valle medio de Neuquén. Los productores de la zona han realizado las defensas en sus frutales con los pocos recursos que cuentan, otros no han logrado combatirlas.

A esta altura del año, los frutales comienzan a florecer por lo que los productores frutícolas deben cuidar sus frutales de las heladas tardías que pueden causar daños irreparables. Desde Río Colorado hasta El Chañar, las temperaturas en las últimas semanas oscilaron entre 4 y 9 grados bajo cero.  Las variedades que corren más peligro son aquellas que tienen floración temprana como las ciruelas, los duraznos, las cerezas y los almendros. Si bien la fecha promedio de la última helada es a mediados del mes de octubre, ya se registran daños graves en algunas zonas. En las plantaciones de cerezas de la zona ya se han hecho entre 7 y 8 defensas en septiembre.

A esta situación hay que sumarle que, debido a la fuerte crisis que atraviesan los productores de la zona, muchos no cuentan con los recursos necesarios para reinvertir en las defensas de sus frutales. Estas tareas consisten en acciones destinadas a resguardar lo más posible del frío a las plantas. El método más utilizado es la aspersión de agua, para lo cual es necesario contar con la infraestructura del riego con aspersión. Sin embargo, no todos los productores pudieron aplicar esta técnica por su alto costo en infraestructura. El otro sistema –utilizado por años- es el de la quema de fueloil que, por sus elevados costos, ya no representa una opción para los productores frutícolas.  En una chacra de cerezas, para 10 u 8 hectáreas se necesitan dos trabajadores para hacer las defensas y una noche se paga al 100% lo que significa un costo de $2000, a esto hay que sumarle $2500 para el combustible de los tractores y de las bombas de riego. Para la quema de fueloil se necesitan $1000 por hectárea por día.

Los productores de la zona aseguran que no tienen los recursos necesarios para realizar las defensas como deberían e inclusive algunos afirman que lo hacen a costa de su rentabilidad. Por esta razón, algunos han optado por defensas pasivas que consisten en hacer riegos previos en los días soleados para que al agua acumule calor y en la noche libere las calorías almacenadas, logrando una ganancia térmica de uno a dos grados, que resultan insuficientes frente a temperaturas inferiores a los 5 grados bajo cero.

Según explicaba la ingeniera agrónoma del INTA Andrea Rodríguez a los medios locales, este invierno no se alcanzó a cubrir el 100% del requerimiento de frío. “A fines de julio hubo un periodo de días cálidos y, si bien estas heladas están dentro de lo normal, las yemas están más activas. No se alcanzó a cubrir el 100% del requerimiento de frío y los calores provocaron una desaclimatización de los tejidos a las bajas temperaturas, por eso están más sensibles a las heladas”, afirmó la especialista.

Hasta el momento, los productores de la zona le están haciendo frente a la situación con los recursos con los que cuentan y están a la espera de que el clima los acompañe. Aun no es posible calcular las pérdidas que han sufrido.

Fuente: www.lmneuquen.com.ar

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