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Edición 29

La banana más dulce

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No existe góndola en donde no este exhibida. Casi todos saben que es buena para evitar calambres – por su potasio- y además es fácil de comer. Solo basta pelarla y vualá. Dulce placer. Simplemente por eso la banana es la fruta más consumida por los argentinos con un promedio que supera los 12 kilos por habitante. Además, si sumamos el plátano – que no es exactamente lo mismo- es la fruta tropical más consumida del planeta y su volumen de producción solo es superado por el trigo, el maíz y el arroz. La oferta nacional cubre entre el 10% y el 20% del total, depende la época. Pero sus productores aseguran que su banana, la argentina, es la más dulce.

Estábamos en Salta y doscientos setenta kilómetros  nos separaban de ver un bananal en vivo. Un poco más al noroeste de Salta llegamos a San Ramón de la Nueva Orán.  La segunda ciudad salteña por su población (82.413 habitantes según el censo 2010) y por su importancia productiva.  Es mayo y hace frío. Aunque es otro frío. Subtropical. Si bien en general cuentan con temperaturas promedio de más de 20° C durante al menos siete meses al año, a veces las temperaturas descienden por debajo de los 12 grados. Igualmente termina siendo suficiente para la producción de banana.

La producción bananera nacional alcanza las 5.400 hectáreas distribuidas en las áreas subtropicales con baja probabilidad de helada del país: Salta (66.2%), Jujuy (6.2%) y Formosa (27,1%) según el último informe sectorial del INTA de enero de 2016.

Ariel Tuma nos espera. De chofer nos acompaña Vicente “Poly” Gómez, operador del Mercado Cofruthos de Salta, cliente y amigo de la familia Tuma.  “Acá la banana es como la mujer- comienza Ariel – en nueve meses ya te da un hijo”, grafica sobre el ciclo productivo al tiempo que nos adentramos en el bananal.  En realidad, los tiempos de cosecha son de entre 9 y 12 meses, depende el clima. La flor aparece en el sexto o séptimo mes. En general a los  nueve meses, se cosechan las bananas que ya empiezan a engordar cuando aún están verdes. “Ahora el bananal está como en pausa”, dice. Es que en invierno, cuando la temperatura desciende por debajo de 18º C, al banano le cuesta producir, y puede sufrir daños importantes en sus hojas y frutos. Ni hablar si caen heladas. Ariel cuenta que han tenido años con heladas en agosto, dañando fuertemente la producción. “Cuando empezamos a tener los 20°C constantes ahí es cuando esto explota”, nos dice mientras recorremos el bananal. Entre los factores que más influyen en el desarrollo del cultivo están la temperatura, el suelo, la humedad y la duración del día. En condiciones tropicales, la luz no tiene tanto efecto en el desarrollo de la planta como en condiciones subtropicales, aunque al disminuir la intensidad de luz, el ciclo vegetativo se alarga. El desarrollo de los hijuelos también está influenciado por la luz en cantidad e intensidad. La pluviosidad necesaria varía de 120 a 150 mm de precipitaciones mensuales. En la finca de los Tuma alimentan el riego desde el río Pescado.

Actualmente la producción nacional de banana abastece el 23% de la oferta – con un promedio de 105 mil toneladas.

Actualmente la producción nacional de banana abastece el 23% de la oferta – con un promedio de 105 mil toneladas- siendo el principal país abastecedor Ecuador con 252 mil toneladas y Bolivia con 95 mil.  Según los datos oficiales en 2015 ingresaron 404.279.000 kilos, que representaron el 91% del total de la fruta importada. Más de la mitad del volumen de bananas llega desde Ecuador y el resto desde Bolivia, Paraguay y Brasil.  La producción bananera nacional alcanza las 5.400 hectáreas distribuidas en las áreas subtropicales con baja probabilidad de helada del país: Salta (66.2%), Jujuy (6.2%) y Formosa (27,1%) según el último informe sectorial del INTA de enero de 2016.

La bananicultura argentina existe desde principios del siglo XIX  y tuvo un importante auge en la década del setenta y entrados los ochenta. Sin embargo, los vaivenes de la economía argentina y la falta de políticas proteccionistas del cultivo fueron apartando a los pequeños productores de este trabajo que es muy intenso, con alto requerimiento de mano de obra y anual.

Los Tuma son reconocidos bananeros argentinos. Ramón Tuma, padre de Ariel, es reconocido por su trayectoria como productor local. Hoy, con sus cinco hijos (Marcelo, Javier, Gustavo, Alejandro y Ariel) han diversificado la empresa, producen e industrializan cítricos y poseen un hotel frente a la plaza principal de Orán posicionándose como empresa familiar exitosa en la localidad.  “El secreto es tener una ambición medida” afirmaba el mismo Ramón Tuma en una entrevista concedida a la revista local Norte: “No hay que ser demasiado ambicioso. La nuestra es una actividad que está supeditada a muchos factores, principalmente los climáticos y por eso la cautela debe ser nuestra mejor aliada” relató.  Actualmente los Tuma trabajan 500 hectáreas de banana, consolidándose como los productores nacionales más importantes con un promedio de producción de 40 a 50 toneladas de fruta por hectárea dependiendo de las condiciones agronómicas. En primavera, despachan alrededor de 30 mil cajones por semana. Ahora en cambio, el promedio es 7 mil bultos.  Trabajan con dos marcas Cunina y Zenta.  “Lamentablemente esto se ha ido achicando, tuvimos épocas muy malas en donde pagábamos más por el envase que lo que recibíamos por los 22 kilos que iban adentro”, recuerda Ariel sobre los noventa y la convertibilidad. Resalta la falta de políticas de protección nacional.

“Cuando empezamos a tener los 20°C constantes ahí es cuando esto explota”. Ariel Tuma, productor.

El bananal es intenso. Trabaja de manera anual y si bien por el clima local hay meses de menor producción, la mano de obra es constante. “Normalmente necesitas una persona por hectárea para cuidar, cortar, desmalezar e ir viendo las plantas”, afirma Ariel.  Además fueron de los primeros productores en introducir el cablecarril (o cablevías) para transportar la banana desde adentro del bananal a la zona de empaque. Fue luego de un viaje a Colombia y Ecuador, en 2003, cuando lograron incorporar la tecnología que les permitió dar un salto cualitativo en la calidad del producto terminado. El sistema de cablevía les permite conducir la banana hasta la zona de empaque sin que el operario tenga que trasladarla a carga, evitando no solo esfuerzo sino también los golpes sobre la fruta: “Acá todo el proceso es en verde, y entonces uno no nota las marcas en la fruta, pero cuando llega al operador y se madura ahí saltan las marcas”, explicó Ariel. Para los Tuma, como para la mayoría de los productores locales la distribución es de proximidad, atendiendo mercados como Formosa, Corrientes, Resistencia y Tucumán. En verano, dependiendo de las temperaturas y el rinde, es posible que algunos camiones salgan con destino al Mercado Central de Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe.

Interés Nacional

Desde al año 2011, con la Mesa Nacional de Frutas Tropicales se venía trabajando para sustituir – al menos un poco- la importación de banana, mango y otros productos de este tipo.  En el año 2012 se creó entonces un Clúster de Frutos Tropicales en la provincia de Salta que había avanzado en la creación de un observatorio de competitividad y un proyecto tecnológico para la prevención de heladas. Ahora, el nuevo gobierno, parece haber despertado su interés también a partir de una carta recibida por el presidente Mauricio Macri a principios de febrero, que fuera enviada por un productor de Orán, Armando Abdala. La Secretaría de Agricultura de la Nación mostró interés en trabajar para potenciar el cultivo de banano en Salta.  "Me habló el señor Leonardo Gervasio, para preguntarme muchas cosas puntuales, porque me dijo que estaban interesados en el tema", le contó Abdala al diario local, El Tribuno en una entrevista exclusiva. Leonardo Gervasio es director de Cultivos Intensivos y pertenece, junto al subsecretario Luis Urriza, a la cartera de Agroindustria de la Nación. "Gervasio me hizo varias preguntas concretas. Por ejemplo, a qué apuntaba con incrementar la producción. Y le dije que si juntamos 50 productores que planten 20 hectáreas cada uno sumaríamos 1.000 hectáreas o sea 1.000 puestos de trabajo. Nada despreciable", relató. A finales de junio, el presidente del Concejo Deliberante de Orán, Víctor Petrello, presentó un proyecto en la ciudad para reactivar la producción y solicitar ayuda al ministerio provincial de Producción y el Estado Nacional. Solo resta aguardar que los diferentes estamentos del Estado desarrollen políticas que tiendan a apoyar la producción nacional de bananas

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