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Edición 34

La urgencia del sector productivo

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¿Qué pasó con las promesas para las Economías Regionales?  A dos años gestión, los indicadores de la actividad, tanto privados como oficiales no reflejan mejoras sustanciales, y en muchos casos están peores que antes del cambio de gobierno. Repasamos algunos de los hechos de estos años y les preguntamos a los diferentes referentes del sector, cuál es su perspectiva para conformar un panorama actual y las perspectivas para este 2018 que comienza.

 

“El mensaje que vine a dejar a Corrientes es el mismo que le doy a todo el pueblo argentino: vamos a poner de pie el valle de Río Negro, a la vitivinicultura, a la agricultura y la ganadería, la caña de azúcar, el arroz, la fruta, los cítricos: todas estas producciones son las que tienen que crecer y agregar valor, porque de esa manera vamos a tener trabajo para los argentinos”, expresaba el por entonces flamante presidente Mauricio Macri en un encuentro de productores rurales en Curuzú Cuatiá a los pocos días de haber asumido en diciembre 2015.

La falta de respuestas y medidas concretas comenzó a resquebrajar las esperanzas del sector productivo que ya sobre fin de año del 2016 comenzaba a denunciar la urgencia de la situación.  El primer año de gobierno de Cambiemos concluyó con protestas en la Plaza de Mayo de los productores del Valle de Río Negro y los tomateros de Corrientes.  El clima se crispó aún más tras los despidos de empresas como Kleppe, Canale, Frutas NACE, y Salentein. Expofrut y Canale además cerraron sus empaques en el sur profundizando aún más la crisis de la actividad. El gobierno por entonces, anunció el Plan Nacional de Fortalecimiento a las Economías Regionales con la creación del Fondo Nacional de Agroindustria (FONDAGRO) para distribuir 1700 millones de pesos destinados a invertir en capital de trabajo, infraestructura y logística, calidad y agregado de valor en origen y mejora de la competitividad. Un año exacto (de octubre a octubre) se tardó en ejecutar el primer programa, que fue destinado a la Cooperativa La Riojana Limitada por $37 millones de pesos. Además, el Programa ha liberado al momento créditos destinados al Programa de Poda de peras y manzanas en Río Negro y Neuquén, que incluye a unos 1.000 productores. Sin embargo, las autoridades de las entidades insisten en la falta de soluciones. “A través de los créditos que están dando, notamos que se sigue endeudando al productor en una actividad que sigue sin ser rentable, lo que nos hace perder capital cada día” había expresado el consejero de Coninagro por el Alto Valle de Río Negro, Sergio Cavallini en octubre pasado en la radio. En la actualidad hay aprobados proyectos por más de $300 millones, que se encuentran en el período de firma de convenios para hacer efectivo el financiamiento.

Opinión:“Las economías regionales frutihortícolas están desde hace tiempo en una situación difícil. Ya que se enfrentan de manera continua con aumentos de sus costos: energía eléctrica, los combustibles, la carga laboral es muy alta para tener en regla a los empleados. Y no me refiero a los honorarios del trabajador. Si no a los impuestos que son muy altos para estar en regla. Nos debemos el gran desafío de ser competitivos. Y eso no pasa únicamente por lo que vale el dólar para quienes exportan. Sino a un conjunto de medidas e incentivos que le permitan a esa pyme o productor seguir de Pie y generando trabajo y arraigo de las personas en sus lugares de origen y más aun teniendo en cuenta que se trabaja con productos alimenticios perecederos.” Daniel De Los Ríos. Comercializador de Banana. Córdoba.

En marzo de 2017 el Centro de Estudio de Economía Política Argentina publicó un informe elaborado a partir los boletines mensuales de la Seguridad Social que publica la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) que daba cuenta de la pérdida de alrededor de 3200 empresas en un año y medio de gobierno de Mauricio Macri.  Puntualmente, el informe señalaba que uno de los sectores más afectados fue el sector agrícola ganadero en donde además se observaba una tendencia a la concentración: las pymes desaparecen o son absorbidas por estructuras más grandes que pueden soportar el mal momento económico.   CEPA señaló que “la amplia mayoría de las empresas desaparecidas refieren a empresas de menos de 100 trabajadores, ascendiendo a 3198 en total entre diciembre 2015 y marzo de 2017. Por otro lado, son 107 las empresas que dejan de existir, con un rango de ocupados entre 101 y 2500 trabajadores, mientras que solo hay una baja de cuatro empresas de más de 2500 trabajadores”. A estas estadísticas se le sumaron las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) con el informe de Estadísticas de registros laborales (ERL) basado en los registros del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).  Según estos informes, para abril 2017 se había registrado el cierre de 5147 establecimientos, es decir una baja del 0.5% interanual (comparando el tercer trimestre 2016 contra el mismo periodo 2015).

Opinión:“Aquí en cuyo la exportación de ajos está en una situación extrema a tal punto que en 5 años desaparecieron más de 20 galpones de empaque y exportación solo en la provincia de San Juan. Esto debido a la falta de competitividad con productores de otros lugares del mundo. No solo como medida a tomar un dólar competitivo sino incentivo a las exportaciones de productos regionales. Una lástima ver generaciones de familias migrando a otras  siembras que basan su beneficio en la informalidad del sector frutihortícola para mantener sus empresas. Espero q la ayuda no llegue muy tarde.  Se está transformando una economía de empresas exportadoras a meros empacadores informales de productos hortícolas que solo sobreviven.” Javier García. Productor de ajo blanco. San Juan. Cámara de Productores y Exportadores de Ajo y Afines.

Sin embargo, en los informes presentados en octubre pasado por el SIPA (sistema integrado previsional argentino) del INDEC, se observó un crecimiento del 1.2 interanual respecto a 2016, aunque aún están por debajo de los niveles de 2015. Lamentablemente ese crecimiento no alcanzó a nuestro sector: Agricultura, ganadería, caza y silvicultura marcó una nueva baja interanual del 2.4, es decir 8 mil puestos menos que en octubre 2016.

A la crisis por falta de competitividad denunciada por estos sectores, y que se refleja en estos números, hay que adicionarle el ingreso de productos importados como consecuencia de la apertura de los mercados que el gobierno inició en la búsqueda de nuevos mercados.  En septiembre de 2017 los productores se pusieron en estado de alarma ante el ingreso de 2214 toneladas de naranjas y 98 de mandarina de España que se sumaron a las importaciones de manzana, pera y kiwi desde Chile. En los primeros ocho meses del año pasado (2017) las compras de manzana sumaron 5.670 toneladas; cifra que representa un salto cercano al 500% tomando como referencia la misma fecha de la temporada anterior.  Con la misma preocupación también los productores nacionales hicieron un bananazo para solicitar ayuda el Estado hacia esta economía regional. Cerrando el año, y tras las medidas implementadas las últimas semanas de diciembre,  pequeños productores de la agricultura familiar, nucleados en la Unión de Trabajadores de la tierra realizaron una protesta donando 20 mil kilos de verdura en Buenos Aires.

El reclamo de los productores, en sus diferentes dimensiones,  se visualiza claramente en la balanza comercial: a noviembre de 2017 el déficit alcanzó los Us$ 1541 millones con exportaciones que alcanzaron 4.610 millones de dólares e importaciones por 6.151 millones de dólares.  Si bien es cierto que se mejoró 1.2% el nivel de exportaciones en once meses, no alcanzó para sostener el superávit que se había logrado en 2016.

Opinión:“Las economías regionales frutihortícolas están desde hace tiempo en una situación difícil. Ya que se enfrentan de manera continua con aumentos de sus costos: energía eléctrica, los combustibles, la carga laboral es muy alta para tener en regla a los empleados. Y no me refiero a los honorarios del trabajador. Si no a los impuestos que son muy altos para estar en regla. Nos debemos el gran desafío de ser competitivos. Y eso no pasa únicamente por lo que vale el dólar para quienes exportan. Sino a un conjunto de medidas e incentivos que le permitan a esa pyme o productor seguir de Pie y generando trabajo y arraigo de las personas en sus lugares de origen y más aun teniendo en cuenta que se trabaja con productos alimenticios perecederos.” Daniel De Los Ríos. Comercializador de Banana. Córdoba.

Opinión:"Los últimos aumentos de tarifas y combustibles dejan cada vez más lejos las posibilidades de comercializar, y sobre todo afectan a algo muy importante como el empleo; las economías regionales son intensivas y preocupa la existencia misma de los pequeños y medianos productores y de las pymes por la imposibilidad de tomar empleo" Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro y directivo de ACOVI (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas)

Todos estos indicadores no hacen más que reflejar, incluso con el crecimiento del PBI respecto del 2015 (aunque aún por debajo del 2015) el estado crítico de los complejos de producción y comercialización frutihortícola. Los funcionarios insisten en que el 2018 será el año de crecimiento y que están trabajando por esta materia pendiente que representan las economías regionales. Muchos dirigentes leyeron en la salida de Buryaile un reconocimiento del gobierno, de que al menos no se había hecho lo suficiente por la actividad. Sin embargo, la asunción del titular de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere no despertó mayores esperanzas en las actividades regionales que siempre se encuentran relegadas detrás de las grandes producciones extensivas de Argentina.

La esperanza de cambio se desvanece ante una realidad inapelable: los costos aumentan y los precios de venta caen. (Cuando hay venta). Al cierre de esta edición, inaugurando el 2018 el Estado decretó la Emergencia para los productores de peras y manzanas. Sigue de todas formas sin implementar ninguna medida concreta tendiente a la mejora de las actividades regionales. El levantamiento del “cepo” cambiario que tanto esperaban muchos productores no hizo más que complicar la situación para los productores hortícolas y frutícolas que venden al mercado interno: “compro la semilla y los insumos en dólares y vendo en pesos, explícame el beneficio porque todavía no lo entiendo” nos decía un productor de verdura del cordón hortícola de Santa Fe. “Hoy la papa la vendo a menos de un dólar por kilo y tengo costos por 2 dólares”, explica un productor papero de Córdoba para resumir el estado de la situación.  Pueden estar pasando dos cosas: o al gobierno poco le importan las producciones locales, o, quizás, el presidente Mauricio Macri no sabía a qué se refería exactamente con Economías Regionales cuando asumió.

Opinión:“En la actividad hortícola tiene mucho que ver la economía interna del país. La gran mayoría se comercializa dentro del país y obviamente sufre las consecuencias de la oferta y demanda en un sistema bastante limpio como es la venta de los mercados concentradores. Aunque siempre todo depende de la situación de la actividad económica general, y obviamente, actualmente, según lo reflejan las mediciones de CAME ha habido una baja de la actividad económica. Pero hay un problema además ahora que están ingresando producciones de países limítrofes con costos mucho más bajo lo que está complicando el precio de venta y por ende la participación del productor en la conformación de los precios […] Otro problema, es como no se está pudiendo exportar, esa falta venta presiona en el mercado interno, bajando los precios y obligando a los productores a perder rentabilidad. El problema grave de las economías regionales es la macroeconomía argentina. La argentina va a tener un 23% de inflación y el dólar avanzó apenas la mitad, y los altos costos argentinos de producción nos dejan afuera de mercado, productos tradicionales de exportación como la pera, la manzana, incluso algunos que han sido muy rentables como el ajo, están en crisis por esta falta de competitividad. Las medidas que nosotros le planteamos (a gobierno) tienen que ser de política directa orientado a los sectores productivos. […] le hemos pedido, que para aquellas actividades que están quedando fuera del mercado, haya un reintegro de las retenciones totales para equilibrar un poco la balanza” Raúl Robín- Presidente de Economías Regionales de CAME.

 

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