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Producción

Galmarini: "Hay que diferenciar a las hortalizas para fomentar su consumo"

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|Argentina|

El 40° Congreso Argentino de Horticultura que pasó por Córdoba semanas atrás contó con la presencia del Dr. Claudio Galmarini, investigador de la Estación Experimental INTA La Consulta (Mendoza) y también del CONICET, quien tiene un su haber una larga trayectoria como investigador en el mejoramiento genético de hortalizas y que desde el año 2005 coordina el Programa Nacional de Hortalizas, Flores y Aromáticas del INTA.

Quizás la gran pregunta que atraviesa actualmente al sector es cómo aumentar el consumo per cápita de verduras. Galmarini expone una hipótesis interesante: asegura que es necesario diversificar la oferta e informar al consumidor, es decir, que las personas logren reconocer tipos y variedades de hortalizas según sus respectivos usos culinarios, sabores y beneficios para la salud.

Hoy el consumo de verduras está concentrado en pocas especies, tal el caso de la papa, cebolla, tomate, lechuga y zanahoria. Sin embargo, incluso dentro de este tipo de hortalizas el consumidor no suele diferenciar variedades. “En general, no existe una verdadera tipificación del producto porque no se le ofrece esa información al comprador. Hay que diferenciar a las hortalizas para fomentar su consumo y ganar nuevos mercados”, reflexiona el ingeniero.

La industria vitivinícola, de gran trabajo en la promoción y el consumo

"Un buen ejemplo a seguir es el caso del vino, donde un trabajo mancomunado del sector ha logrado educar al consumidor e imponer varietales. Hoy es poco frecuente pedir vino tino o blanco, sino que  el consumidor especifica la variedad, pide un Malbec, Syrah, Cabernet o Chardonay por citar algunos ejemplos. E incluso se llega a distinguir la zona de producción”, agrega.

En contraposición aparece el escenario de las hortalizas, donde los consumidores en general desconocen el abanico posible de verduras existentes. “Es poco frecuente que el consumidor de hortalizas pida una variedad de papa, ajo o cebolla. No lo hemos educado para eso”, expresa el ingeniero. Y ejemplifica: “En Argentina se consume mayormente papa del cultivar Spunta, a pesar de que existen variedades mucho mejores en cuanto a sus características culinarias y nutricionales. Tal vez sea porque que la gente no lo exige y la oferta tarda en llegar”.

Pero, ¿cuáles son las características que diferencian una variedad de hortaliza de otra? Atributos como la apariencia, el sabor, los posibles usos culinarios, el período de conservación y las propiedades nutracéuticas, entre otros, constituyen caracteres útiles para la diferenciación.

Trabajo a campo en INTA La Consulta, Mendoza

Diferenciar las hortalizas es agregar valor en beneficio de los consumidores y los productores. El trabajo debe apuntar a generar sellos de calidad en los alimentos, con etiquetas que ofrezcan información con las propiedades nutricionales de los alimentos (que hoy parecen reservados a la industria de alimentos ultraprocesados) o con un protocolo de producción diferenciada. Incluso existe la posibilidad de incorporar fechas de vencimiento a la mercadería.

“Parece ciencia ficción, pero está hecho. Estos datos están disponibles, como es el caso del ajo y la cebolla, por trabajos realizados por investigadores de nuestra Estación Experimental para ser utilizados como estrategia de diferenciación. El futuro nos demandará de agregar valor y ponernos los pantalones largos en la horticultura para decir que no sólo vendemos ajo o sólo vendemos cebolla”.

Para que este trabajo tenga asidero en la demanda es necesario un fuerte trabajo de concientización. En ese contexto, el verdulero es el nexo fundamental para indicar cuál es la mejor forma de consumir ciertas hortalizas y, a su vez, aconsejar o dar recetas que estimulen su ingesta. “La transmisión de conocimientos a través de ellos es vital para  que cambien los hábitos”, afirma Galmarini.

Desde hace tres décadas el INTA dispone de Programas Mejoramiento Genético de Hortalizas en los cuales se han obtenidos cultivares con importantes propiedades funcionales. Sólo para destacar algunos ejemplos cabe mencionar a la batata Colorado INTA, de gran contenido de carotenos combinados con compuestos fenólicos; la papa Newen INTA, con mayor aporte de vitaminas; la zanahoria Nara INTA, de alto contenido de carotenos; y el zapallito NutriC INTA, de alto contenido de vitamina C.

"No todos los cultivares de una misma especie tienen las mismas propiedades. Entre las estrategias para mejorar la calidad nutricional de las hortalizas se mencionan la selección por mejoramiento genético de variedades con mayores atributos benéficos para la salud, la adaptación de tecnologías de manejo de cultivo, almacenaje, post-cosecha y procesado de los alimentos para incrementar el contenido de fitonutrientes”, dice Galmarini.

“Trabajar en la relación entre las hortalizas y la salud es una estrategia que hemos priorizado en el programa del INTA” agrega el investigador. Actualmente el 93% de la producción nacional de hortalizas se destina al mercado interno. Sin embargo, los argentinos sólo consumimos 140 de los 400 gramos que la Organización Mundial de la Salud recomienda por habitante y por día."A nivel mundial se evidencia un incremento en el consumo de hortalizas, en parte por su vinculación con la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles. Si en el país siguiéramos esta tendencia al menos habría que duplicar la producción para satisfacer la demanda. Lo cual representa una gran oportunidad para el productor y a su vez beneficia al consumidor”, concluye.

Agregar valor, generar alimentos de calidad y diferenciarlos en el mercado y frente al comprador: esa parece ser otra una de las estrategias que el sector frutihortícola debe llevar adelante para seguir estimulando el consumo.

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