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Producción

Otra chacra deja de producir manzanas en el Valle: “El contexto nos obliga”

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|Neuquén|

El 26 de marzo la Familia Dietrich compartió en su página de Facebook la decisión de abandonar la producción de manzanas en la región de Colonia Centenario, Neuquén. “Damos fin no porque no amemos lo que hacemos, sino porque el contexto nos obliga”, dijo Daniela Dietrich en la publicación que se volvió viral. “Nuestra historia causó mucha sensibilización, recibimos mensajes de aliento”, agregó luego a Revista InterNos.

La finca cierra luego de 65 años de trabajo. No es novedad que el sector productivo de peras y manzanas atraviesa una fuerte crisis, con insumos dolarizados, altos costos de mano de obra, dificultades para acceder al crédito, bajo precio de la fruta y aumentos desproporcionados de tarifas, entre otros puntos. A este contexto hostil, los Dietrich suman dos importantes incendios en su chacra: uno en 2014 y otro en 2016, ambos causados por una extrema sequía en la región. El primero quemó 1800 plantas de manzana y, luego del segundo, sólo quedó una hectárea y media disponible para seguir produciendo hasta hoy.

Daniela Dietrich, en su finca del sur. Foto: LM Neuquén.

Pero este invierno las plantas de manzanas dejarán de existir definitivamente porque no se las trabajará más. “Por sanidad, las plantas tienen que sacarse de las fincas ya que no se le realizarán tratamientos preventivos de enfermedades”, dice Daniela y explica que los productores que abandonan sus chacras sin desmontar pueden ser penalizados. “Algunos que dejaron la actividad sacaron las plantas y alquilaron los terrenos a productores hortícolas de la comunidad boliviana”, contextualiza.

En el año 2001, los Dietrich habían decidido apostar a la reconversión de su producción. Por aquel entonces, la finca de 5 hectáreas que siempre había sido de peras y manzanas comenzó a incorporar nogales. La jugada les salió bien: hoy la familia podrá seguir su camino con la producción de una hectárea de nueces, en una actividad de buena proyección en el sur de nuestro país.

Sin embargo, Daniela reconoce que el esfuerzo de continuar se justifica más en el valor que tienen esas tierras para ella que en la rentabilidad que pueda obtener. “Sosteníamos la producción de manzanas porque veíamos las plantas y nos daba pena dejarlas. Pero la realidad es que no tiene sentido invertir cuando no cubrís los costos de producción. Ahora vamos a seguir con los nogales porque me resisto a que el campo termine loteado y urbanizado”.

“El contexto es desfavorable para la producción primaria. La crisis nos está afectando de una manera muy violenta. El pequeño productor pone mucha pasión en esto y ve con tristeza cómo lo que logró durante años se desmorona frente a sus ojos”.

Daniela es docente y su madre es jubilada. Ninguna de las dos vive actualmente de la actividad productiva. Por el contrario, disponen de sus sueldos para sostener la finca. Pero no siempre fue así. “Mi abuela (inmigrante de la vieja Checoeslovaquia) pudo vivir de esto cincuenta años atrás. También mi madre. Incluso nosotros hace quince años podíamos vivir de la chacra, que además estaba diversificada. Hoy resulta imposible por los costos”, reflexiona.

Suele decirse que los productores del Valle deben incorporar tecnología para reducir costos y ser más competitivos en los mercados. Esto, aunque no menos cierto, no se condice con la realidad de cientos de pequeños productores que apenas logran cubrir las tareas culturales y de recolección con el bajo precio que reciben por su fruta.

“No podemos invertir en maquinaria. Tenemos un tractor y una máquina para curar de la década del 60 y del 70. Comprar un tractor nuevo sale alrededor de un millón y medio de pesos. ¿De dónde saco esa plata? Y, ¿Para qué? ¿Para que me terminen rematando la chacra como le está pasando a otros productores?”.

La historia particular pone voz y rostro a una crisis que, tanto para Daniela como para muchos otros productores del Valle, es estructural. “La satisfacción que nos queda es saber que lo intentamos”, cierra el texto de la Familia Dietrich.

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