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Comercialización

El Mercado de Malagueño celebró tres décadas en la actividad frutihortícola de Córdoba

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|Córdoba|

Tres décadas en la actividad. El Mercado de San Miguel de Malagueño acaba de cumplir sus primeros treinta años en la comercialización frutihortícola y los festejó con una cena de gala en la que reunió a más de 200 puesteros, empleados, changarines, quinteros, clientes y proveedores de la entidad.

La celebración tuvo lugar el sábado 7 por la noche en las instalaciones de la Sociedad Rural de Córdoba. “Estamos muy felices. Llegar a los treinta años para nosotros es un logro importante, más en este contexto tan duro para todos los mercados del país”, dijo a Revista InterNos Raúl Gabrielli, titular de la entidad.

Este mercado fue fundado en el año 1989 luego del traslado del Mercado de Abasto de Córdoba desde el centro hacia la periferia de la ciudad (donde se encuentra ubicado actualmente) por una decisión municipal. Un conjunto de puesteros que no pudieron ingresar al nuevo mercado decidieron constituirse en cooperativa y formar una entidad frutihortícola aparte en la localidad de Malagueño, la cual hoy tracciona gran parte del comercio local.

Durante el encuentro se realizaron sorteos de todo tipo, para grandes y chicos. Juguetes, electrodomésticos, bicicletas y por supuesto canastas de frutas con productos de estación fueron repartidos entre los presentes. Luego de la cena y antes del baile, se presentó el humorista cordobés Cherca Prietto y la banda de folclore Embrujo Sachero.

Mirá las fotos de la celebración acá

Caída en el consumo

“Siempre estamos buscando crecer, somos un mercado medianamente chico y tenemos que expandirnos en cuanto a infraestructura y comercialización”, dijo Gabrielli a InterNos, sobre las proyecciones a mediano plazo del mercado. No obstante, la economía del país no ayudó a la comercialización frutihortícola en 2019, con un consumo interno estancado o incluso en caída. Esta situación, sumada al crecimiento de los productos ultraprocesados en reemplazo de los alimentos frescos en los últimos años, caló hondo en los márgenes de rentabilidad de la cadena: productores, operadores y verduleros.

“Antes el centro de mesa de una familia era una frutera. Hoy es un adorno de plástico. La fruta fresca se va dejando de consumir. A lo mejor ahora se la consume procesada, pero ya sabemos que esos productos no pasan por los mercados”, apuntó Gabrielli.

“El clima es de pasar el día a día. De aguantar. Esperamos que mejore durante los meses de verano, donde tenemos buena clientela por el turismo de las sierras”, agregó el secretario del Mercado de Malagueño, Iván Petelín.

La tenencia de la tierra: una piedra en el zapato

Actualmente el terreno donde se encuentra ubicado el Mercado de San Miguel de Malagueño es concesionado por la AABE (Agencia de Administración de Bienes del Estado) que ofrece contratos máximos por tres años. Desde el Mercado reclaman por la adjudicación del lote o en su defecto la posibilidad de acceder a contratos de largo plazo, que permitan planificar inversiones para mejorar las estructuras de comercialización; ofrecer mejores servicios (lavados de cajones, espacios para el transporte) o incluso ampliar los puestos para incrementar los volúmenes tratados.

El reclamo viene de larga data. Desde hace años la entidad argumenta prolijidad fiscal y laboral, como así también el cumplimiento de leyes nacionales y provinciales en relación a las reglamentaciones sanitarias y bromatológicas. Pero nada ha sido suficiente para que las tierras sean liberadas para la venta, cesión o alquiler por períodos más extensos.

“Venimos luchando año a año para conseguir una estabilidad más prolongada. Estos contratos nos condicionan a la hora de invertir. Ninguno de los gobiernos que pasó en estas tres décadas nos dio esa posibilidad. Pero incluso ellos mismos tienen una controversia porque dicen que no puede haber un inquilino más de tres años, y nosotros hace treinta que estamos ahí”, expresa al respecto Raúl Gabrielli, quien además argumenta que durante las negociaciones de renovación están "obligados a aceptar los contratos" porque no hacerlo significaría terminar con el funcionamiento del mercado en ese lugar.

"Seguiremos trabajando para lograr este sueño que tenemos que es tener la tierra, el mundo es redondo, la rueda gira y en algún momento se nos va a dar", concluyó el dirigente.

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