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Producción

Un informe de INTA muestra las consecuencias de los incendios

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Foto: www.lavoz.com.ar

|Córdoba|

Los incendios producidos en agosto de este año en las sierras de Córdoba no solo trajeron a los productores del lugar grandes pérdidas en sus cultivos y ganados, sino que también se vio afectada la vegetación nativa de la provincia. Es por eso que,  desde la Agencia de Extensión Rural Cruz del Eje que pertenece al área de influencia del INTA Manfredi se desarrolló un informe para dar cuenta de la situación que derivó de los lamentables fenómenos sucedidos. Además,  añadieron en el documento algunos datos significativos y útiles destinados a tomar cartas en el asunto en materia de prevención. El informe se centra en los incendios ocurridos en Villa Albertina, Copacabana y Charbonier entre los días 15 y 30 de agosto.

Los técnicos emplearon un mapa de cobertura del suelo de la provincia de Córdoba para poder determinar precisamente la superficie afectada. A través de esa herramienta pudieron observar que en materia de vegetación el 50% de las coberturas afectadas corresponden a Arbustales y Matorrales, el 38% a Pastizales Naturales y el restante 12 % corresponde a la categoría de Monte.

El reporte también incluye un análisis realizado a partir de  imágenes satelitales que muestra como el fuego fue avanzando desde que se inició, el recorrido que hizo y el total de hectáreas alcanzadas. Además realizaron salidas a campo para corroborar el impacto del fuego sobre la vegetación del lugar.

En cuanto a las pérdidas sufridas por los productores del lugar,  los técnicos lograron hacer un relevamiento de los mismos. Esto fue posible gracias a  la conformación de una mesa de  integrada por el INTA y  coordinada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia de Córdoba. A partir de este mapeo se presentó un plan destinado a la remediación Social, Productiva y Ambiental.

El informe visibiliza un total de 249  afectados de los cuales, 127 corresponden al departamento Ischilín, 64 a Punilla, 20 a Colón y 38 aún no se pudo identificar su ubicación precisa. Los mismos registraron una pérdida total de 5000 cabezas de bovinos en toda la región relevada hasta el momento,  incluyendo a los incendios ocurridos en la zona de Pan de Azúcar.

La apicultura fue otra de las actividades más golpeadas. Segun el informe, trece fueron los apicultores afectados que registraron un total de 137 colmenas perdidas, y 38 relacionadas a la pérdida de material inerte. Del total de pérdidas, 48,6% corresponden al paraje de Escobas, y un 51,4% a Quebrada de Luna.

 

Datos para poner manos a la obra

La estimación que se hizo desde el INTA concluyó en que al menos un total de 27.000 hectáreas fueron dañadas por el fuego y entre esas áreas identificaron sectores en donde los incendios son algo frecuente. Esto último permite determinar la frecuencia histórica en que se producen estos fenómenos dentro del área quemada actual.

Dato de la redacción: la zona dañada equivale a 50.000 canchas de futbol. Es más que toda la ciudad de Buenos Aires.

“Se registran áreas quemadas de hasta 6 y 7 veces en el mismo lugar. Las zonas que más se queman están concentradas en determinados sitios y siguen patrones específicos, aunque ocupan la menor proporción del territorio. El 73.5 % del área quemada actual presenta zonas que se quemaron entre 1 y 2 veces, sin contar el evento actual y otras zonas (18.9%) se quemaron 3 veces”, manifiesta textualmente el informe.

Este conjunto de datos aportado por los especialistas no solo representan estadísticas, sino que son un punto de partida para que se comiencen a tomar decisiones que se anticipen a estos hechos. Son datos publicados con el fin de que se lleve a cabo una planificación que permita prevenir incendios como los sucedidos en agosto, se realicen acciones al respecto, pueda comprenderse cuál es la respuesta que los ecosistemas de la zona dan ante el fuego y fundamentalmente analizar qué tipo de sistemas productivos se están desarrollando,  cuál es el tratamiento de las pasturas que se viene dando y cómo influye esto en el lugar.

“La evaluación de los sitios quemados frecuentemente brinda la oportunidad de realizar trabajos orientados a determinar la severidad de los incendios.  Es importante abordar una estrategia integral de manejo que apunte a la restauración sitio específica de los servicios ecosistémicos afectados, tanto desde el punto de vista socio ecológico, ambiental y productivo. Este proceso debería incluir a expertos de distintas instituciones que conjuntamente evalúen las alternativas junto a los pobladores, productores y distintas organizaciones sociales”, concluye el informe.

 

 

 

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