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Edición 18

Mercado Productores y Abastecedores de Santa Fe

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La necesidad de alimentarse saludablemente como oportunidad

Es una verdad incontrastable que consumir frutas y verduras frescas aporta nutrientes esenciales para la vida de las personas. Todos hemos oído palabras nuevas comocarotenoides,licopeno, Omega 3, vitaminas de todo el abecedario y tantos otros beneficios que nos aportan los productos frutihortícolas que se comercializan en los mercados concentradores.

En reiteradas oportunidades hemos tocado en estas páginas la necesidad de la existencia de los mercados mayoristas frutihortícolas como formadores legítimos del precio de estos productos. También hemos dicho que los mercados no venden (como estructuras de servicios para el funcionamiento de las empresas frutihortícolas) ni frutas ni verduras. Sin embargo, ¿alguna duda cabe de la trascendencia que para el sector tienen estos centros abastecedores? No. No cabe duda que el mundo permite y permitirá por muchos años más, la comercialización de productos frescos, altamente perecederos, con presencia física –o no- en el mismo “teatro” de operaciones, donde concurren los que están necesitando de ellos para abastecer  las comunidades locales en todo el país.

De esta introducción, sacamos algunas primeras y ligeras conclusiones –y los invitamos a debatir sobre ellas en el correo de lectores que “Comunidad FENAOMFRA” pone a disposición de todos los interesados en sumar su opinión-, a saber: a) Las F&H son indispensables para la salud de las personas; b) Esta aseveración cuenta con el apoyo irrestricto –en tanto se produzcan y comercialicen mediante buenas prácticas- de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud, además de haber sido motivo de una reunión del alto nivel previa a la 66ª Asamblea General de las Naciones Unidas, en New York, en septiembre de 2011, en la que se analizó el crecimiento de la obesidad, el cáncer y las enfermedades crónicas no transmisibles, como generadoras de muertes en el Mundo entero, pudiendo evitarse; c) No existe, prácticamente, ningún medio de comunicación nacional o internacional que no se haya hecho eco de las bondades de las F&H frescas, incluso aconsejando consumirlas con cáscara; d) Los jefes de estado –o sus esposas- lideran acciones tendientes a visibilizar el aporte del sector a la salud de la población de todo el Mundo, en especial en los sectores más vulnerables, además de realizar fuertes inversiones –en países de los que solemos denominar del “primer mundo”, como EEUU- para la difusión de esas acciones; e) Por último –y podríamos seguir un largo rato-, no existe evidencia que contraríe estas proposiciones, convirtiendo –entonces- a estas acciones y difusiones en verdaderas ecuaciones ganar=ganar, y resultando todas altamente costo efectivas.

Mercado Santa Fe

Entonces: la moda, la salud, la disposición de productos frutihortícolas frescos en todas o casi todas las ciudades y comunas del país y del Mundo, ¿es una oportunidad? ¿es una fortaleza? Ó ¿es una debilidad? No nos animamos a pensar que es una amenaza porque estaríamos exagerando el escenario del debate.

Sin lugar a dudas es una oportunidad. Y al mismo tiempo, es una fortaleza. ¿Por qué? Porque las frutas y hortalizas van a seguir existiendo y se van –necesariamente- a seguir consumiendo, por moda, por salud, o por gusto. ¿Qué debemos hacer desde el sector? Ayudar a que este posicionamiento estratégico, a partir de la oportunidad y la fortaleza mencionadas previamente, sea un verdadero trampolín para expandir la base del negocio. ¿Es esto legítimo? Sí, sin lugar a dudas. Es legítimo difundir lo bueno que se hace desde la frutihorticultura nacional, la cantidad de mano de obra que se ocupa en una actividad económica cuyas explotaciones son intensivas, en la cual juegan roles fundamentales el contar con buenas vías de comunicación, buenos transportes y buenas herramientas tecnológicas que cambien nuestras formas de producir y también de consumir.

Si Ud., amigo lector, nos pregunta si hay de las “otras”, de las debilidades y amenazas: sí, claro. La primera debilidad es no contar con suficiente información. Volúmenes, precios promedios por variedad, identificación del origen de la producción, trazabilidad, rotulación, registro (de operadores mayoristas, de productores, de empaques –todos ellos ubicados en la primera gama de los alimentos, es decir, en fresco-, de tercera –congelados- y cuarta gama –pelados, lavados y cortados, listos para consumir-, etc.), transportes, cantidad de empleados registrados, entre tantos otros indicadores que no se poseen y que restan trascendencia a este gran dinamizador de las economías regionales que es la frutihorticultura.

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que estamos en presencia, también, de algunas amenazas, tales como: 1) la disminución y falta de buenas prácticas en muchos de los “cinturones verdes” de las capitales de provincias, con un fuerte éxodo de jóvenes y con el “envejecimiento” de los productores, y, con ellos, de algunas técnicas productivas, desaprovechando la disponibilidad de nuevas tecnologías; 2) la fuerte presencia de producciones extensivas, fundamentalmente para la producción de oleaginosas como la soja, que reconvirtieron superficies otrora de la producción Frutihortícola; 3) El negocio inmobiliario, con un fuerte crecimiento de los barrios cerrados; 4) El alto grado de desechos en origen (por calidad o forma, por ejemplo) y de averías poscosecha y posventa; 5) La dispersión de esfuerzos productivos y de comercialización; 6) El falta de precisión de una estructura de costos precisa que permita generar planes de desarrollo empresario sustentables en el tiempo, partiendo de una premisa “explosiva” como es el tratamiento de productos “vivos” como las F&H que transpiran, pierden lozanía por envejecimiento mediato e inmediato, necesitan de la conservación y, en otros casos, maduración en cámaras, precisan de fuerte inversión en bienes de capital; 7) La poca utilización de organismos de asesoramiento como INTA y proyectos para el desarrollo de estas producciones tan importantes, tanto que se relacionan con la vida de las personas; y tantas otras. Y son amenazas porque no ha comenzado el camino de retorno al aprovechamiento de estas potencialidades, que, bien utilizadas, pasarán a convertirse en verdaderos aliados.

En nuestra nota institucional, esta vez, elegimos poner sobre la mesa un debate con nos concierne. Porque, a no dudarlo, los mercados, somos parte fundamental del cadena de valor Frutihortícola. El Mercado de Productores y Abastecedores de Frutas, Verduras y Hortalizas de Santa Fe S.A. se propone, con esta página, convertirse en un disparador de un debate que debe ser y será enriquecedor. Esperamos la réplica constructiva. Esperamos contar con muchas ideas de parte de todos los actores que están involucrados en este dinámico eslabón de la producción y comercialización argentina. De las ideas, surgen las realizaciones y, de ellas, los resultados. Hasta la próxima.

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