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Agroecología

“La agricultura biodinámica tiene una filosofía social muy fuerte y un respeto a la vida muy marcado”

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En Córdoba, más precisamente en el cinturón verde sur, hay una quinta que pone en práctica la agricultura biodinámica. Raúl Fermanelli produce de este modo hace 15 años en su quinta de cuarenta hectáreas. Revista InterNos participó junto estudiantes de primer año de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Córdoba de una visita didáctica en la que  Raúl abrió las puertas de su mundo.

Al comienzo del recorrido, Raúl Fermanelli brinda una charla a los presentes en la que comenta de manera resumida algunos de los principios o fundamentos de la agricultura biodinámica que servirán como introducción a los que estamos allí para aprender de esto. “Se busca que el campo sea libre, necesita autonomía. La planificación de una quinta biodinámica se plantea a largo plazo. La rentabilidad la vemos dentro del campo, voy aumentando la fertilidad del suelo y ese es el mayor capital del productor. Se busca armonizar con animales, frutales, cereales, monte. Mientras más variedad hay más fuerza tiene el campo. Les pregunto a mis clientes si están bien los precios, generar ese consenso es parte del sistema. El precio es sólo un punto de encuentro. Mi filosofía es producir alimentos para que los pueda consumir quien quiera y no quien pueda”.
La Agricultura Biodinámica surge como tal a partir de ocho conferencias dictadas en 1924 por Rudolf Steiner en Silesia. Dicho término fue acuñado por los asistentes de estas conferencias quienes comenzaron a poner en práctica en sus quintas lo aprendido allí. A los conocimientos profesionales de la práctica de la agricultura se le sumaban otros de índole espiritual sobre la concepción de la antroposofía de la naturaleza. Así, la agricultura biodinámica se conforma como un tipo de agricultura alternativa que produce alimentos mediante prácticas que aseguran la biodiversidad y la conservación del suelo a través de la búsqueda de la exaltación de las fuerzas vitales naturales como la fertilidad del suelo.

Para la agricultura biodinámica una granja es un organismo complejo que debe buscar el equilibrio y la independencia. Equilibrio en el sentido de la convivencia e interacción de los cuatro reinos (Tierra, Plantas, Animales y Hombre) e independencia pensada como la posibilidad de generar los insumos necesarios en la misma quinta (o granja), como semillas, fertilizantes, etc.

“Cada granja debería acercarse a esta situación aunque no pueda lograrla totalmente. Esto significa que debería procurar que todo lo que la granja requiere para la producción se obtenga dentro de la misma granja (...) En el fondo aquello que se introduce a la granja desde afuera (como fertilizantes y otras cosas semejantes), en una producción agrícola estructurada de un modo ideal ya debería ser considerado como un remedio para una granja enferma”, afirma Steiner en su libro ¿Qué es la Agricultura Biodinámica?
Esta agricultura se rige por un calendario de siembra que determina los movimientos de la luna y el sol y cómo influyen en la tierra, en los cultivos y en los animales. “Es una hoja de ruta del sol, la luna, las estrellas y las 12 constelaciones. Explica las influencias que hay cada día”, especifica Fermanelli. Esta “hoja de ruta” les permite a los productores determinar cuáles son los momentos más oportunos de cada mes para plantar, para cosechar, para obtener frutos, para obtener semillas, etc.
Para los agricultores biodinámicos la rentabilidad está en la fertilidad de la tierra. Y es la fertilidad una de las búsquedas de esta agricultura. Para esto, los productores cuentan con preparados biodinámicos que le permiten vivificar la tierra y ennoblecer los abonos. Estos preparados son el elemento esencial de este método de producción y fueron creados por Steiner con el objetivo de “desencadenar la chispa de la vida y la fecundidad”.
Hay seis preparados para añadir a los abonos y dos para pulverizar que sirven como complemento de los primeros e influyen en el crecimiento y en la calidad de la planta. Los preparados para pulverizar llevan como nombre bóñiga o 500 y sílice o 5001. El primero está hecho con estiércol (sin paja) y es para rociar el suelo, el otro se utiliza para rociar las plantas y está hecho con cuarzo (que debe ser reducido a polvo para que conserve sus propiedades). Los que se agregan a los abonos están hechos con milenrama, manzanilla, ortiga, roble, diente de león y valeriana. Y llevan las numeraciones de 502 a 507. También existe el 508 hecho con cola de caballo que se utiliza para combatir enfermedades y parásitos.

Existir
Fermanelli produce en su quinta papa, trigo en grano, harina integral, polenta, maíz en granos, avena, sorgo, garbanzo, ajo. Además tiene tres chanchos y vende los lechoncitos. Hace poco, plantó frutales que espera que se conviertan en “casas para los pájaros” en algunos años. Todo lo que comercializa lo hace bajo la marca Existir.

“¿Por qué no tiene hortalizas?”, le consulta uno de los alumnos y Raúl contesta: “La idea es afianzarme en los cultivos que tengo ahora para luego tener hoja” y agrega: “Yo soy productor, proceso los alimentos y los reparto, voy creciendo de a poco”, cuenta Raúl, quien vende su propia mercadería, principalmente a gente que luego la comercializa en ferias y a una comunidad hippie de las sierras de Córdoba a la que le lleva la mercadería con periodicidad.

Calmo en su andar y en sus palabras, Fermanelli nos lleva a conocer su quinta, nos permite caminar por los surcos de sus plantaciones, ver cómo trabaja. Según dice, la presencia humana también contribuye a la armonización de sus tierras.

Entre sus cultivos, se detiene en el ajo. Tiene dos variedades, el pata de elefante y el morado chino. “El ajo es una de las perlas de mi proyecto y es lo que me dará el sustento económico la próxima cosecha”, afirma. Y saca un ajo pata de elefante primero y luego descubre la cabeza un morado chino para dar cuenta de la calidad de su producción. “Tienen agua de más. Si vuelve a llover probablemente salga perjudicada esta cosecha”, afirma Raúl y le señala a los presentes la humedad en la tierra. “La observación es muy importante, uno debe estar atento de su producción”.

Si un productor tomara la decisión y quisiera empezar a producir de esta manera, ¿qué tendría que hacer?

Si realmente tiene la decisión muy profunda de cambiar yo lo que recomiendo es que se forme, que busque un lugar donde formarse. Mi formación fue de toda una vida de agricultor, mi padre me enseñó a trabajar en el campo y eso me llevó mucho tiempo. Hoy hay módulos biodinámicos de una semana y hay cursos introductorios para esos módulos. Porque hay cosas muy profundas para interpretar de este sistema agrícola o filosófico y hay que estar preparado para comprender. Podés hacer el módulo de una, el tema es que te vas a pasar por encima el libro y casi que no lo vas a poder leer, son demasiadas cosas. Está bueno formarse para formarse, una instrucción para entrar mar adentro.

Yo no estoy formando agricultores directamente pero estoy ayudando a difundir y estoy ayudando un poco a los pasantes a planificar sus siembras y sus cosechas. Son agricultores de distintas edades y sexo. Yo hice los cuatro módulos que se dictan en Argentina. (Ndr: son dictados por la Asociación para la agricultura biológica-dinámica de Argentina. Módulo 1: La Tierra; Módulo 2: La Planta; Módulo 3: El Animal; Módulo 4: El ser Humano).

Si tuviera que definir la agricultura, ¿qué diría?

La agricultura es todo. Sin la agricultura… si alguien puede vivir sin comer, que viva sin la agricultura. La agricultura es la empresa más compleja que existe en el planeta porque se está interactuando todo el tiempo con la vida, con los cuatro reinos: tierra, planta, animal y hombre. La interacción y la intervención que hace el hombre como agricultor tiene que ser profesional para que no sea como cuando uno  la da un peine a un niño y no sabe qué hacer entonces lo muerde…

Frente a las opciones que hay a la agricultura tradicional, ¿por qué se definió por la biodinámica?

La agricultura biodinámica es más integral porque socialmente tiene un trabajo más profundo, interactúa con los cuatro reinos y hace que yo como agricultor, como ser humano, me cultive para que mi camino espiritual por este mundo pueda compartirlo y crecer con eso. Me decido porque hay una fuerza muy grata. Mi sueño es hacer alimentos sanos, ser parte de una solución. La misión de mi proyecto es salvar vidas.

Entre los planteos que hacían los estudiantes lo de rentabilidad era uno de los grandes interrogantes… (Ndr: durante el recorrido fue consultado varias veces sobre este tema por los alumnos).

Preocuparse por eso es un poco andar a tientas en la vida. Creer en algo sólido como lo es la parte material es como querer ver el mundo por el hueco de la llave de la puerta. El mundo es un poco más amplio. La rentabilidad tiene que ver con muchos aspectos de vida. Inclusive con la salud misma. Entonces la rentabilidad material yo la veo muy secundaria. Tiene que ser saludable y disfrutable, a eso le llamo yo rentabilidad.

¿Por qué recomendaría la agricultura biodinámica?

Porque la agricultura biodinámica tiene una filosofía social muy fuerte y un respeto a la vida muy marcado.

¿Cómo funciona lo del consenso en los precios de la mercadería?

Lo que hace mi proyecto es mantener un precio que mi proyecto pueda mantener vivo en el tiempo y que el consumidor lo pueda consumir, y no abusarme porque no hay papa orgánica en el mercado. El consenso pasa porque los dos podamos seguir viviendo, se logra con el consumidor y el punto de encuentro es el producto. Son productos de excelente calidad pero están producidos con una conciencia para que puedan ser consumidos en masa, para que pueda consumirlo quien quiere y no quien pueda.

Una de las grandes críticas que le hace la agricultura tradicional a las demás es que no pueden alimentar al mundo…

En este momento en Argentina, en el planeta, sería una locura decir que se puede abastecer al mundo con la agricultura orgánica o biodinámica. Remarco que suena muy loco porque esto está en su comienzo, sólo hay un 5% de agricultura orgánica en el mundo. Yo creo que se puede y es más, tiene que sobrar para todos. Es una cuestión de creencias y paradigmas. Pero decir esto hoy, es como adelantarse un poco a las cosas. Faltan siglos para eso. Estamos en una etapa de cambio, pero en los comienzos de cambio. Remarco esto porque es un proceso que recién estamos iniciando.

¿Por qué la marca Existir?

Porque me gustó la palabra. Es una palabra que aparece en la Biblia inclusive. Tiene que ver con la existencia, existo como ser humano y como agricultor.

Con respecto a la toma de decisión en aquel momento…¿Lo acompañaron o creyeron que era un loco? (Ndr: Fermanelli viene de una familia de productores, de hecho el campo que hoy trabaja perteneció a sus padres quienes producían de manera tradicional, al igual que él en sus comienzos).

Para muchos era un loco. Solamente para mí no lo era. Aun hoy lo soy porque para la sociedad es muy nuevo esto todavía. Si bien hoy soy uno de los difusores de este sistema, en esa época estaba muy solo, solo me apoyaban las personas que me habían formado, tenía un contacto telefónico con ellos y fueron un soporte en el tiempo. Y a medida que fue pasando el tiempo casi que dejo y después lo retomé con mucha más fuerza. Porque la influencia externa pesa y mucho, pero si uno está convencido del viaje, siempre llega a destino.

¿Cómo se enteró de la agricultura biodinámica?

Por un aviso en el diario sobre el primer módulo que se dio en Argentina… En Argentina no hay cultura de ser agricultor y seguir aprendiendo. Uno piensa, “¿Qué me va a enseñar aquel?”... Cuando me di cuenta todo lo que podía aprender me sorprendí. Abrirse al otro, de eso se trata.

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