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Comercialización

El más grande del mundo

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Central de Abastos de la Ciudad de México

En el año 2010, la gastronomía mexicana fue considerada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). En 2018 la ciudad de México alcanzó el quinto lugar en el ranking de ciudades más pobladas con alrededor de 22 millones de habitantes según la ONU. En Iztapalapa, al oriente de la ciudad mexica, se alza el mercado que abastece al recetario mexicano con más de 15 ingredientes de todo México y del mundo. Con 327 hectáreas y más 500 mil personas trabajando a diario, la Central de Abastos de la ciudad de  México se alza como la más grande del mundo según lo reconoce la Unión Mundial de Mercados. Alcanza un volumen de comercialización valuado en 9 mil millones de dólares anuales.

Revista InterNos entrevistó al Lic. Sergio Palacios Trejo, quien fuera Administrador de la Central hasta  diciembre 2018* y conversamos con el sobre la central y lo que implica llevar adelante la administración de semejante mercado: “La central no se puede administrar, se debe gobernar, y con esto quiero decir que nosotros debemos involucrarnos con la gente que aquí trabaja para realmente poder ayudarlos a que la comida que ellos producen y con la cual trabajan llegue a la mesa de los mexicanos y podamos seguir comiendo. Es formar parte de esto que es una gran sociedad lo que hay aquí dentro de la central”

Administración

La Central de Abasto de la Ciudad de México (Ceda) fue creada en 1980, en reemplazo del que fuera el histórico Mercado de la Merced que funcionó por más de cien años en el centro de ciudad.  En julio de 1969 el gobierno difundió un proyecto para crear un nuevo centro de abasto alejado del primer cuadro de la ciudad en el que los bodegueros de La Merced (lo que en Argentina conocemos como “puesteros”) aportarían parte del capital para su construcción.  Así surgió, con siglos de historia en su espalda, el Fideicomiso Central de Abasto de la Ciudad de México, que fue constituido el 7 de julio de 1981, con una vigencia de 99 años y está integrado por el Gobierno de la Ciudad de México mediante  la Secretaría de Desarrollo Económico y  los participantes de la central por el sector privado, con carácter de fideicomitente y de fideicomisario. Los participantes, son los bodegueros que aportaron a la construcción del proyecto.

El fideicomiso tiene un  Órgano de Gobierno de la Central de Abasto, constituido por el Comité Técnico y de Distribución de Fondos integrado, conformado por 10 integrantes del gobierno de la Ciudad de México y 10 privados, cuya elección se realiza cada tres años.  Es dirigido a su vez por un presidente designado por el  Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Internamente la Central de Abasto prevé  además la figura de un Administrador General, designado de una terna propuesta por el jefe de Gobierno del DF y electo por el Comité Técnico. Desde 2002, en un impulso para que el sector privado tome la dirección total del Fideicomiso, el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador,  tomó la decisión de determinar que la administración y operación de la Central de Abasto quedara bajo la responsabilidad del sector privado. Desde entonces ambos cargos son llevados a cabo por la misma persona.

Recorrer la central

Caminar el mercado mexicano no es una meta realista si solo se cuenta con un día. Tan solo un pasillo de una nave del área de frutas y legumbres tiene un kilómetro de extensión.  La central está organizada en ocho sectores por rubros: Abarrotes y Víveres; Frutas y Legumbres; Flores y Hortalizas; Subasta y Productores; Envases Vacíos; Aves y Cárnicos; Bodegas de Transferencia y zona de Pernocta.  También está la zona norte, un área comercial para los mismos trabajadores y visitantes con restaurantes, comercios, hoteles, gimnasios y servicios de todo tipo.

Al ingresar a los edificios administrativos, la escultura de un gallo tallado con frutas y verduras da la bienvenida: se erigió en homenaje a los trabajadores de la central que trabajan de madrugada.   Es que la central funciona los 365 días, las 24 horas de manera literal. Con tantos rubros, cada uno tiene su propio horario.  Las flores, hortalizas, carnes y pescados funcionan desde las 10 de la noche. Frutas y legumbres de madrugada y también durante el día al igual que Abarrotes y Víveres.  Las bodegas de transferencias funcionan todo el tiempo: allí los productores de las zonas más alejadas llegan para “transferir” su mercadería directamente desde camión a camión a sus clientes.

Cada sector se  organiza en bodegas de 25 m2 enfrentadas y separadas por un pasillo, que se supone es peatonal. Por fuera se encuentran los andenes, para la carga y descarga, que dan hacia las calles exteriores bien anchas pensadas para tener una cómoda circulación. Lo cierto es que entre las 5 y las 7 de la madrugada, ni por las calles ni por los pasillos se puede andar muy distraído. “Cuando se inauguró la Central de Abasto en la ciudad de México y en zona metropolitana éramos 8 millones, ahora somos casi 24 millones y la comida sigue llegando puntualmente todos los días, quiere decir que el modelo sigue funcionando, necesita recursos pero funciona” dice Palacios sobre la visible congestión que se genera día a día.  Cada andén peatonal da a dos hileras de bodegas colocadas a sus lados; como identificación, cada hilera de bodegas recibe de norte a sur, por nomenclatura, una letra del alfabeto; y un número que va aumentando de oeste a este.  Si bien así dicho parece claro, estar adentro sin un mapa es igual a estar en un laberinto.

Palacio admite que la infraestructura es un gran tema.   Se necesitarían, según su administración, unos 50 millones de pesos mexicanos para  hacer la reestructuración que se necesita.  Un gran tema son los puentes que conectan los pasillos entre nave y nave.  Estos puentes cortos, pero empinados, son subidos  y bajados a diario por los carretilleros con sus diablos (en argentino: carros de carga) con casi 500 kilos de peso. Es un nudo importante a resolver, ya que si bien los carretilleros están claramente acostumbrados, y más de uno dirá que es más maña que fuerza, lo cierto es que un foco latente de accidentes y conflictos.

 

Los residuos, una preocupación común

El mercado es el principal proveedor de residuos orgánicos de toda la ciudad de Mexico. De las más de 600 toneladas diarias de residuos, el 70% son orgánicos. El gobierno de la ciudad de Mexico esta trabajando en la instalación de un biodigestor para toda la ciudad, por ello la central de Abastos comenzó el 2018 con una fuerte capacitación en separación de residuos: “hicimos una campaña de concientización, encuesta, votarga (persona que se pone un disfraz para un evento en particular) y un single que pasaba por las bodegas concientizando a la gente de la separación de los residuos.  Lo que procuramos es que cada participante haga su separación en sitio o bodega y que nosotros le tengamos un lugar donde puedan poner sus desechos orgánicos e inorgánicos, y nosotros a partir de allí hagamos la recolección y la llevamos a una estación de transferencia que está en la central de abasto” nos explica Adela, a cargo de las relaciones institucionales del mercado.

Central de muros

El muralismo es uno de los artes más representativos de México, por ello es que se buscó generar cambios visibles en la central creando la galería de murales a cielo abierto más grande de Latinoamérica.  Con el proyecto Central de Muros se pretende acercar a las personas que diariamente trabajan y transitan por la Central de Abasto con expresiones de arte urbano. La idea surgió como parte los festejos por el 35 aniversario de la Central de Abasto y desde la dirección destacan que los murales no sólo han revalorizado los espacios sino que incluso destacan que ha disminuido la cantidad de basura que se deja en los muros, pues quienes pasan por los espacios han apreciado el trabajo que se realizó por diversos artistas.

Los murales son obras de artistas mexicanos y extranjeros, pero hay también un mural realizado por carretilleros de la Central de Abasto, quienes tomaron asesorías y realizaron su propia obra.

En la primera etapa de los espacios rescatados de la Central se realizaron 32 murales en el perímetro de Frutas y Legumbres, el proyecto  final incluye 64 murales. En el 2018, al comenzar la segunda etapa, la consigna para la convocatoria a los artistas fue que los murales debían representar alguno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para la Agenda 2030 del Centro de Información de las Naciones Unidas para México, Cuba y República Dominicana (CINU) y eso les valió el reconocimiento de esta institución.

A las fundadoras de We Do Things, Irma Mercado e Itze González, quienes forman parte del proyecto, así como el equipo de Central de Muros y los más de 25 artistas que han colaborado con esta iniciativa, se les reconoció en una ceremonia en la sede de las Naciones Unidas en México. Giancarlo Summa, representante de CINU, reconoció la labor que se hace en la capital, única en el mundo, para lograr la convivencia de las personas en este tipo de espacios a través del arte.

 

* recientemente asumió su lugar Héctor Ulises García Nieto, elegido unánimemente por el Comité Técnico del Fideicomiso para la Construcción y Operación de la Central de Abasto de la Ciudad de México y nombrado también por la Jefa del Gobierno de la Ciudad de México Dra. Claudia Sheinbaum Pardo para el cargo público.

 

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