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COVID en frutihorticultura

Pannunzio: "El IFE y la cosecha tienen que ser complementarios"

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|Entre Ríos|

La Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia (APAMA) emitió un comunicado alertando sobre la disponibilidad de mano de obra de cara a la intensificación de la cosecha y a los trabajos de empaque que se darán de octubre a noviembre. Los arandaneros señalan que “peligran 12.000 puestos de trabajo” por las dificultades para la llegada de cosecheros del norte ante las restricciones de la pandemia. Además, argumentan que el IFE podría tener un “impacto negativo” en la contratación del personal.

La cosecha de arándanos en Entre Ríos, y mayormente en la localidad de Concordia, comenzó hace aproximadamente seis semanas con algunas variedades tempranas. Los volúmenes trabajados al momento son menores y la actividad se maneja todavía con personal reducido. Sin embargo, hacia fines de septiembre y principios de octubre comienza el grueso de la cosecha de este fruto que se caracteriza por ser muy perecedero.

“Cuando llega el pico de cosecha tenés una demanda enorme de trabajadores. Si no tenés la gente y te demorás, perdés el lote. No es como en otros rubros que tenés cierto margen. Acá, cuando te toca cosechar, es ese día y nada más. Te demoras un poco y se te empieza a pasar la fruta”, explica a InterNos Alejandro Pannunzio, titular de APAMA.

Con los casos de Coronavirus creciendo en nuestro país -y una situación especialmente alarmante en el norte- la mano de obra para la cosecha será estrictamente entrerriana. Los productores están además preocupados por el impacto que el Ingreso Federal de Emergencia (IFE) tiene a la hora de la registración. Argumentan que en Concordia hay una gran cantidad de personas que solicitaron el apoyo económico, el cual únicamente pueden percibir si no están inscriptos en ANSES como trabajadores formales. De esta manera, los arandaneros temen no poder contar con los brazos suficientes para levantar la cosecha.

Recordemos que los trabajadores rurales comúnmente conocidos como “golondrinas” son inscriptos por los productores bajo la figura de Trabajador Permanente Discontinuo. Es decir, al terminar la cosecha figuran como “activos” en ANSES, aunque no estén ejecutando ninguna tarea en ese campo. De esa manera poseen prioridad para dicho puesto laboral la temporada siguiente.

“Cuando hay una situación delicada como la actual, la gente tiene que resolver el día a día. Y el día a día en estas circunstancias es tratar de percibir el IFE. Son los propios trabajadores los que demandan poder seguir percibiendo el IFE y al mismo tiempo cosechar. Y me parece algo razonable. Estamos hablando de un trabajador de temporada, lo más práctico sería que pueda contar con ambos ingresos. El IFE es solo un complemento, nadie va a cambiar su situación económica por ese subsidio. Si uno ve los índices de pobreza que hay en Concordia y la necesidad de trabajo que hay, me parece que todo ayuda”, añade Pannunzio.

"El IFE es solo un complemento, nadie va a cambiar su situación económica por ese subsidio. Si uno ve los índices de pobreza que hay en Concordia y la necesidad de trabajo que hay, me parece que todo ayuda”

Frente a esta situación, APAMA le solicitó al Poder Ejecutivo que los trabajadores rurales temporales de las economías regionales que realicen cosechas en el lapso de la pandemia mantengan la vigencia del IFE durante dichas tareas. Lo hizo a través de un Proyecto de Resolución presentado en la Cámara de Diputados por la diputada provincial Mayda Cresto.

“Soy optimista. Tenemos que llamar la atención sobre esto y explicarlo. Estamos haciendo todo el ruido posible ahora para que pueda salir en septiembre”, expresó Pannunzio al respecto.

La demanda que presentan hoy los productores de arándanos en realidad pertenece a gran parte de la fruticultura. En enero, cuando representantes del sector tuvieron un encuentro de más de tres horas con el ministro Basterra, este fue uno de los temas a tratar. Pandemia mediante, la agenda a discutir se modificó sustancialmente. Pero la demanda persiste.

La propuesta de los frutícolas es que el Estado no quite la ayuda social a aquellos trabajadores que se inscriben para el trabajo de temporada. De esta manera, se fomentaría la formalización de los trabajadores rurales, con la posibilidad de ejecutar plenamente el Plan Interzafra.

Este plan es ofrecido por el Estado y garantiza un salario a aquellos cosecheros que, por los propios ciclos agrícolas de las plantaciones, están desocupados en algunos momentos del año. “Si ese trabajador además de los arándanos trabaja en otros cultivos como los cítricos del NOA, y lograr registrar 9 o 10 meses de trabajo al año, el Estado puede completar el resto con el Plan Interzafra. Pero para eso se necesita formalización, que la gente esté adentro del sistema”.

2020: buena calidad de fruta

El productor y dirigente arandanero explicó que no habrá inconvenientes esta temporada con la calidad de la fruta. “Salimos del invierno en buenas condiciones. Por las horas de frio el arándano tomó un sabor espectacular y no se dieron condiciones para el surgimiento de roya. Por eso las plantas tienen todas las hojas, y eso es sinónimo de una fruta buenísima”, explicó Pannunzio.

Sin embargo, otra de las preocupaciones del sector llega desde la comercialización. Actualmente muchos productores están exportando a Israel, Suecia o Noruega, que son destinos muy lejanos a donde únicamente se llega por avión, pero en pequeños volúmenes. Cuando comience a cosecharse el grueso de las hectáreas, la cantidad de vuelos comerciales -donde se cargan los envíos actualmente- no serán suficientes.

En contraposición esta la opción de enviar la mercadería con barco, lo cual es más barato, pero las distancias y las condiciones climáticas propias de la región lo dificultan. Así lo explica Pannunzio: “Los grandes volúmenes tenés que hacerlos por barco, pero si tenés una temporada muy lluviosa no podés, porque la fruta está más débil por exceso de agua y durante el tiempo que tarda en llegar, se hecha a perder. Esa fruta tiene que ir por avión. Y la realidad es que hoy no tenemos los aviones necesarios, ni la tarifa mínima requerida para poder competir”.

Procotolos activados

Respecto a lo que será la activación de los protocolos de trabajo durante la pandemia, el dirigente anunció que APAMA ya organizó el suyo y lo expuso ante las autoridades de Concordia para su aprobación.

“Identificamos zonas de riesgo, propusimos una serie de medidas estrictas. De cualquier manera, los campos de arándanos tienen líneas de agua potable y jabón desde siempre, porque al ser este un cultivo que va directo de la planta al consumidor, es necesario ser muy riguroso con las condiciones de sanidad”, detalló Pannunzio.

Y concluyó: “Es impensable hacer esto sin trabajadores en buen estado de salud. Por eso es importante trabajar conscientemente en los protocolos. Si hay problemas y hay que suspender la cosecha será un problema enorme, desde lo sanitario, lo humano y lo productivo”.

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