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Hidroponía y Cultivo en sustrato, una alternativa sustentable

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Foto: INTA

|Argentina|

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA),  llevará adelante un Simposio Internacional Virtual de Cultivo en Sustrato e Hidroponía en marzo 2021. Acompañado por las Universidades Nacionales y con la participación referentes nacionales e internacionales, se recorrerán producciones de argentina y de otros países a través de tours virtuales y habrá un espacio para la presentación de trabajos científicos y de divulgación. Estos últimos podrán enviarse hasta el 31 de diciembre.

El objetivo del evento será impulsar nuevas tecnologías de cultivo y ofrecer a los productores una alternativa productiva sustentable. Recordemos que el cultivo en sustrato e hidroponía consiste en la producción de vegetales sin la utilización del suelo y surge a partir de la alta degradación que se viene experimentando en los mismos. Producto de manejos poco sustentables.

Hidroponía se denomina al cultivo de frutas y vegetales en agua. Es decir, las raíces de estas plantas se desarrollan en medios líquidos. En cambio el cultivo en sustrato, se trata de una técnica donde las plantaciones desarrollan sus raíces en un medio solido diferente al suelo. Como su nombre lo indica, para esta técnica se utiliza una gran diversidad de sustratos o mezclas de ellos a fin de mejorar la productividad.

Este tipo de sistemas, según INTA, se desarrollan en nuestro país hace más de 20 años en el sector ornamental. A pesar de que todavía suena a novedad, hace unos cuantos años se empezaron a implementar en la horticultura, la citricultura y hasta para la producción de forraje verde. Esto se debe a los buenos resultados que se obtienen de estas técnicas y a los beneficios en materia ambiental. Hoy las producciones de mayor relevancia en sistema hidropónico en argentina son lechuga, rúcula y acelga. En el caso del cultivo en sustrato se pueden señalar al tomate, frutilla y en menor medida el pimiento.

“Se comprobó que con la hidroponía se incrementa entre un 30 y un 50 % la productividad y rentabilidad, debido a la mayor eficiencia en el aprovechamiento de la superficie y de los recursos naturales, y reduce el uso de agroquímicos”, manifestó Analía Puerta, coordinadora nacional del Proyecto “Tierra Sana”, que lleva adelante el INTA junto a la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI).

Foto: Analía Puerta INTA.

Estas técnicas productivas presentan grandes beneficios. Uno de ellos es que mejora la ergonomía de todas las tareas, especialmente las de cosecha. Además permite la expansión de las fronteras de las regiones productivas, ya que posibilita producir alimentos en zonas no aptas para el cultivo e incluso se plantea como una alternativa para los productores que no pueden acceder a terrenos por el valor de sus alquileres.

El cultivo en sustrato y la hidroponía son también técnicas ideales para el cultivo de alimentos frescos en sitios asociados a la falta de suelo o espacio reducido, como pueden ser infraestructuras urbanas (terrazas, patios pequeños, rellenos). Este tipo de actividades fomenta los circuitos cortos de producción y comercialización. “Esta alternativa de producción puede adaptarse a diferentes niveles productivos, desde la agricultura familiar, como a pequeñas, medianas y grandes empresas”, aseguró Puerta.

 

Desarrollo local e internacional

Los sistemas productivos “sin suelo” avanzan en el mundo como una tecnología en auge debido a su eficiencia. Esto se da de manera paulatina en países en proceso de desarrollo y de forma masiva en los países más desarrollados del globo.

En esta línea desde INTA se informó que, según datos de 2015, la superficie mundial de cultivos bajo éste sistema de producción (hidroponía y sustrato) alcanza las 40 mil hectáreas  siendo Holanda el país con mayor superficie cubierta (5 mil hectáreas). España por su parte cuenta con 2.500, Bélgica y el Reino Unido con 2.000. Japón y China presentan aproximadamente 1500 hectáreas bajo este sistema productivo, Francia 1.000, Israel 750, Canadá 500 y Estados Unidos 250 hectáreas.

En nuestro país, si bien es una técnica en desarrollo para algunos sectores, ya hay algunas experiencias para destacar. Una de ellas es la que se lleva adelante en la localidad de Desvío Arijón, Santa Fe. En ese punto geográfico, el INTA desde 2017 desarrolla una producción semihidropónica de frutillas en los bordes urbanos donde la falta de espacios es una problemática creciente a causa del avance inmobiliario.

Una característica importante de este tipo de tecnología es que minimiza el uso de agroquímicos en los cultivos, eso resulta un beneficio para los productores que se encuentran en zonas en que se restringe esta práctica y responde una demanda social que cada vez tiene más protagonismo.

María del Huerto Sordo, técnica del INTA y responsable del proyecto, aseguró a InterNos allá por el 2018 que esta disminución en la demanda de productos fitosanitarios responde al menor contacto que la planta tiene con el suelo y, por lo tanto, con las enfermedades que allí suele contagiarse. “Al no requerir desinfección de suelos, práctica habitual en el cultivo, se elimina el uso de desinfectantes químicos”, detalló la especialista.

 

 

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