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Para no perder la esencia: Misiones y una particular fiesta nacional

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Foto: Primera Edición

|Misiones|

Ubicada en la frontera con Brasil, sobre el río Uruguay, El Soberbio es conocida como la capital nacional de las esencias. La producción de cultivos para aceites esenciales data de los comienzos del pueblo, 75 años atrás, realizada por los pioneros que se dedicaban principalmente a la citronela, la menta y el cedrón. Por dificultades en el manejo, problemas con los suelos y falta de asesoramiento técnico, las últimas dos ya no se producen en la zona. La citronela, sin embargo, sigue siendo un cultivo importante para la economía local: unas 400 familias viven de él.

Los días 11, 12 y 13 de febrero esta localidad misionera celebrará la Fiesta Nacional de las Esencias con espectáculos musicales, bailes, oferta gastronómica, feria con más de 50 expositores de artesanías y producciones locales (muchas de ellas a base de aceites esenciales) y talleres para todo público, niños incluídos. También se ofrecerán paseos y circuitos turísticos especialmente preparados para dar a conocer esta actividad productiva, en el marco del imponente paisaje que ofrece la costa del Río Uruguay.

“Queremos integrar la producción con el turismo y con la cultura local. Trabajar la identificación del pueblo con una producción de orgullo, que tiene que ver con las raíces, que recupera la historia del trabajo de los pioneros”, dice a InterNos Francisco Pascual, técnico del INTA que trabaja en la región y es parte de la comisión organizadora.

El Soberbio se desarrolló, en parte, gracias a la producción de aceites esenciales. Sin embargo, hoy la actividad agropecuaria está diversificada: al cultivo de citronela se suma la ganadería, la forestación e incluso la producción de tabaco, con mucho peso en las últimas décadas.

La citronela es una gramínea perenne, del cual se extrae un aceite que luego se destina a la industria farmacéutica, de limpieza y/o alimentos. En la zona, la actividad tiene un fuerte perfil minifundista y de agricultura familiar. Según un relevamiento conjunto realizado por el INTA, la municipalidad local y el Ministerio del Agro y la Producción, más del 90% de los productores posee menos de 6 hectáreas. A su vez, el 60% tiene alambique propio (aparato utilizado para destilar) en sus chacras, lo que hace ineficiente los procesos de agregado de valor.

“Siempre fue una actividad importante, pero nunca hubo atención técnica desde el Estado por tratarse de un cultivo marginal, que se hace acá pero no en otras zonas del país. Siempre estuvo bastante fuera de las agendas”, describe Pascual.

Los grandes problemas, no obstante, son similares a los de cualquier cinturón productivo del país. Dificultades para la tenencia de la tierra, mucha informalidad, nulo acceso al crédito para la inversión en tecnología, poca organización colectiva y precios deprimidos. “Este año el precio es prácticamente el mismo que el año pasado, lo cuál es un problema porque desmotiva aún más la producción”.

Hace cuatro años apareció en la zona una enfermedad muy agresiva para los productores de citronela. Y fue un punto de inflexión. Por necesidad, el municipio buscó asesoramiento técnico ya que los rindes no paraban de caer y no se identificaba cuál era problema y, por lo tanto, cómo atacarlo.

“Así fue como comenzamos a trabajar con INTA en la zona. Hicimos muestras de suelo, descubrimos que era un hongo e hicimos un encuentro para explicar cómo tratarlo. Asistieron 120 productores. Ahí notamos que había mucha carencia en la formación técnica y demanda en la capacitación”, dice Pascual. 

Hoy el equipo de investigadores y técnicos trabaja además en la mejora de los rendimientos (muy disparejos según la zona) mediante la elaboración de un protocolo productivo. Por supuesto que la organización colectiva, el acceso a la tierra y la optimización del procesado de la materia prima están dentro del plan de trabajo (esto último incluye el impacto sobre el ambiente, ya que para el destilado se utiliza una gran cantidad de leña).

Respecto al evento, que se desarrollará durante todo el fin de semana, Pascual contó que “el turismo se enganchó mucho, hay ocupación plena para estos días”. Y agregó: “Quizás sea el clima post pandemia, pero hay mucha efervescencia, muchas ganas de participar”.

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