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Comercialización

Productores en el conurbano

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Los que más tarde llegan, llegan a las tres o cuatro de la mañana. Otros pasaron la noche directamente, vinieron desde su quinta al sur de Buenos Aires con la mercadería para vender. Otros, incluso desde más lejos, vienen el lunes y se quedan hasta el viernes para luego volver a Entre Ríos, Corrientes o Misiones. “Acá tenemos mucho laburante, mucho sacrificio y mucha gente que se la rebusca como sea”, dice Luis encargado de un puesto. Su patrón es uno de los tantos que va y viene con su producción desde Entre Ríos. El Abasto de Quilmes funciona de madrugada como la mayoría de los mercados del conurbano bonaerense. Nosotros llegamos alrededor de las cinco de la mañana. Aún es de noche y hace realmente mucho frío. Pero la mercadería tiene que salir. Alrededor de 50 puestos de venta frutihortícola funcionan adentro del mercado a base de mate o café. Criollos, medialunas y tortas fritas se ofrecen al pasar. En el camino un puesto de bolivianas vende sopas típicas para pasar la noche. Para las diez de la mañana- cuando se supone que termina todo- aún falta mucho.

Según el censo del 2010 en el partido bonaerense de Quilmes viven alrededor de 600.000 mil personas. En este partido coexisten al menos tres mercados mayoristas de frutas y verduras. El mercado de Abasto de Quilmes, el 6 de mayo y el Bonaerense. El Abasto de Quilmes se abrió a finales de la década del ochenta al tiempo que la ley 10.202 comenzaba a flexibilizarse y los municipios comenzaban a abrir sus propios mercados mayoristas: “Los clientes aún hoy recuerdan lo absurdo de aquello, ya que les obligaba a perder todo el día comprando entre ir y venir del Central”, dice hoy una puestera del mercado quilmeño.

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