Agroquímicos y la aplicación de Buenas Prácticas Agrícolas

El modelo productivo vigente en este momento contempla el uso de agroquímicos y pesticidas con el objetivo de lograr una mejor calidad en los productos y mejores rindes. La problemática se presenta cuando se realiza un mal uso de los productos fitosanitarios. Quienes se exponen a los mayores riesgos son los trabajadores rurales y los vecinos de los campos, quienes se ven expuestos con regularidad a estos productos. En materia de capacitación, las iniciativas surgen de los gobiernos locales. Con la legislación ocurre algo similar ya que, al momento, no existen legislaciones nacionales que determinen el uso responsable de agroquímicos o las sanciones en caso del mal uso.  El año pasado, dos productores correntinos fueron acusados por homicidio por intoxicación de niños, por el mal uso de productos fitosanitarios. En Argentina, la jurisprudencia tiene antecedentes sentados en el caso de Barrio Ituzaingó de la ciudad de Córdoba, en el que el productor Edgardo Parra fue encontrado “autor penalmente responsable del delito previsto por el artículo 55 de la ley 24.051 de residuos peligrosos”, mientras que Edgardo Pancello, piloto aeroaplicador, fue hallado, “coautor” del mismo delito, según expresó el Dr. Rodríguez, presidente del Tribunal.

Las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), -GAP por sus siglas en inglés (Good Agriculture Practices)- se definen como: “Las acciones involucradas en la producción, procesamiento y transporte de productos de origen agropecuario, orientadas a asegurar la inocuidad del producto, la protección del medio ambiente y del personal que trabaja en la explotación”.

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