Lo derechos campesinos fueron reconocidos por Naciones Unidas

|Ginebra|

“Una victoria después de 17 años de lucha”, dice Diego Montón, dirigente del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI). Se refiere a la Declaración de Derechos Campesinos que el pasado 17 de diciembre fue ratificada en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) y representa un gran paso para las millones de personas que viven en zonas rurales y encuentran postergados sus derechos fundamentales.

El documento, que fue votado con 121 votos a favor, 8 en contra y 54 abstenciones, tiene como eje principal la defensa del acceso a la tierra, al agua, a las semillas, a la biodiversidad y al precio justo de la producción campesina para vivir dignamente.

“Representa un reconocimiento al rol estratégico que juega el campesinado en la lucha contra el hambre y el cambio climático. Y el lugar fundamental de la agricultura campesina para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible que se ha planteado Naciones Unidas”, declaró Montón a Revista InterNos.

“Significa un gran paso adelante en las perspectiva de Derechos Humanos, porque incorpora y sistematiza derechos fundamentales de la vida en el campo. Es un punto de inflexión, porque Naciones Unidas reconoce a la Soberanía Alimentaria como un objetivo fundamental para el desarrollo, y a la Reforma Agraria como una herramienta importante para que los Estados puedan garantizar los derechos campesinos”, agrega el dirigente.

La noticia genera expectativas a nivel mundial y tiene un impacto particular en Argentina, que en los últimos meses ha sufrido la reducción del presupuesto en el área de Agricultura Familiar, donde fueron despedidos más de 400 trabajadores en diversos puntos del país. En este sentido, Montón cuenta que hasta el año 2016 el Estado argentino fue parte del proceso que decantó en este suceso. Sin embargo, luego de la llegada de Cambiemos, fue cediendo terreno y en la última votación se convirtió en una de las 54 abstenciones.

Para el dirigente, en adelante no podrá existir agenda progresista que no incorpore esta Declaración a la hora de pensar la cuestión agraria. “Es una herramienta de diálogo, de construcción y de política pública, así como también de argumentación en las distintas causas jurídicas que se dan a lo largo y ancho del país en torno a las semillas, la tierra y las producciones. Es un horizonte hacia donde caminar”, concluyó Montón.