Connect with us

Comercialización

Mercado Regional de la Plata: en emergencia

Published

on

Desde Revista InterNos recorremos históricamente los mercados y damos cuenta de las realidades y vivencias que allí ocurren. Con el pasar del tiempo y los caminos, uno se da cuenta que la “realidad” de los mercados suele ser muy parecida y al mismo tiempo muy diferente.  En general el ambiente, los ruidos y las historias personales parecen acercase entre sí. Las diferencias vienen de la mano de las infraestructuras, las posibilidades de agrupación o los cambios colectivos que la comunidad pudo dar o no. En este caso, el Mercado Regional de La Plata se presenta muy distinto al resto de manera dramática: la corrupción política lo corroe desde años. Y no hablamos de coimas o peajes de mercadería. Ni de algún que otro regalo a un funcionario (que también pasa en otros mercados). Hablamos de costos de descarga que triplican la media nacional. De camiones que pagan por destinatario y no por bultos. Hablamos de tomas, protestas, funcionarios denunciados, productores baleados, puestos incendiados y  un productor muerto en circunstancias sospechosas y aún sin aclarar.

Desde el principio

En 1972, tras la firma del decreto 2989/72 se celebró un convenio entre el Ministerio de Economía de la provincia de Buenos Aires y la Municipalidad de La Plata, por el cual se le concedía a esta última la explotación de los servicios del Mercado Regional La Plata.  Como dicen aún hoy sus operadores: “Este mercado nació conflictivo”. Es que ya en aquella época el traslado del mercado no contó con la aprobación de todos los puesteros y muchos se perdieron en el camino. Anteriormente, en la ciudad funcionaban cuatro mercados de frutas y verduras, según lo  recuerdan los productores. La historia se confirma en la recopilación histórica de los autores Vitalone y Delgado en su libro Mercados de La Plata. Edificios y entornos durante la época fundacional. El mercado conocido como La Plata o Quinteros de La Plata sobre la 8 y 51 que funcionó hasta 1947; el mercado Abasto Buenos Aires  desde 1886 hasta 1960 en la 48 y 49 y dos más: el 25 de Mayo y el  Asta Ferrero que habrían funcionado hasta la década del 20.

El último de todos, el viejo mercado de la Plata, estaba en el lote comprendido entre las calles 3, 4, 48 y 49 y fue demolido en enero del 73, lo que para muchos fue una tragedia arquitectónica y cultural. Cuarenta años después de su demolición, aún sigue siendo una playa de estacionamiento de autos “provisoria” en pleno centro platense.  Cientos de proyectos fueron presentados y ninguno realizado.

En 1886  y por iniciativa de Juan Ithurralde, el mercado de La Plata fue creado y diseñado por el arquitecto Francisco Seguí, en una superficie de casi una hectárea y dos plantas de altura con terrazas esquineras muy al estilo de los palacios de la época. Según los historiadores, muy pronto se convirtió en eje de una intensa actividad social y comercial que excedió el mero intercambio de alimentos frescos, frutas y verduras entre productores y minoristas. “Caratulado y publicitado como ´El Gran Mercado´, a partir de su influencia se instalaron en el entorno petit-hoteles, cafés y confiterías. Entre las 2 y las 4 de la madrugada, en el apogeo de la operación, los altísimos arcos de acceso ubicados en las esquinas eran atravesados por centenares de carros tirados por caballos, cuyos cascos repiqueteaba en el empedrado de las calles interiores, que configuraban a cielo abierto una ciudad en miniatura”, relata el diario El Día en un artículo publicado en 2013 acerca del viejo mercado.  Lo cierto es que con el paso del tiempo, la planta alta del mercado dejó de ser de utilidad para los puesteros y comenzó a convertirse en un conventillo que llegó a transformarse en el más grande de la ciudad.   El 30 de octubre de 1960, la presión vecinal -se quejaban de las tertulias, los olores y la mugre que se generaba alrededor- llegó hasta la Legislatura bonaerense, que sancionó la ley provincial 6.392 declarando “de utilidad pública y sujeto a expropiación” el inmueble, entonces perteneciente a la razón social “Mercado de Abasto La Plata Productores Comerciales Agropecuarios SA”. En mayo de 1965, se firmó el decreto de expropiación por $15.500.000.

El 30 de Noviembre de 1972 se inauguró entonces el Mercado Regional La Plata en un predio de cuatro hectáreas sobre las calles  520 y 116 para que los puesteros locatarios del ex Mercado de Abasto de La Plata ejercieran su labor. En 1993 el Poder Ejecutivo Provincial firmó un decreto mediante el cual transfirió a la Municipalidad platense, las tierras y los inmuebles del Mercado. Desde ese momento opera como un Ente descentralizado de la Municipalidad de La Plata.

El mercado actual cuenta con cuatro naves y un total de 200 puestos fijos y  otros 60 espacios de playa libre.  La mayoría le alquilan el espacio a la Municipalidad. Unos pocos tienen la concesión formal por 10 años del puesto. Una de las ventajas competitivas que tiene este mercado es la participación de los productores del cinturón verde de La Plata. Además, cuenta con muchos operadores que vienen de familia de productores citrícolas de la zona del litoral (San Pedro, Corrientes y Entre Ríos).  Sin embargo, los operadores hablan del mercado con mucha tristeza. Como si estuvieran viviendo el fin en cámara  lenta: “El mercado está en una lenta decadencia. Ya no tenemos competitividad”, dicen. La mayoría le atribuyen esta falta de competencia a los altos costos de carga y descarga y los ingresos de mercadería.  “Por resolución un camión debería pagar $125 de guía. Hoy un camión paga ese valor multiplicado por la cantidad de operadores a los que le descarga”. Traducido significa que si por caso, un solo operador tiene la capacidad de cargarse un camión para sí mismo completo, tiene un costo de $125. Pero si esa misma carga la reparten entre dos tiene un costo de $250.  Y el reparto entre ellos no está permitido. Se cobra igual.  Además, los camiones pagan un canon de entre $80 y $100, en función del volumen, solo por ingresar que es aparte de la guía.

Solución sin solución

Entre los cambios que se implementaron a partir de la descentralización – 1993- se eliminó la figura del “changarín libre” a partir de la tercerización del servicio en una empresa privada y la agremiación de los trabajadores a la Unión de Trabajadores de Carga y Descarga (Utcydra). Hoy la empresa es estatal (la estatizó el intendente Bruera) y pertenece a la Municipalidad. Si bien es cierto que esto significó una solución a los problemas que normalmente trae esta actividad  sin registro alguno – falta de seguro, obra social y aportes – también es real que la empresa ha sido históricamente denunciada por changarines y operadores por  su mal funcionamiento. Los changarines por su parte, argumentan, que si bien tienen ahora todos los derechos cubiertos, cobran nada en relación a lo que la empresa le cobra al puestero. “A nosotros hoy nos quedan entre $2 o $3 limpios por bulto, igual yo sé que tengo la obra social”, nos comentó un changarín.  Los puesteros a su vez se quejan del alto costo de la descarga. Hoy en el MRLP la descarga se paga entre $8 y $9 (diciembre 2016) el bulto (varía en función de los kilos o tipo de bulto) independientemente si hace de manera manual o mecánica. “Vos los ves que descargan con el auto elevador el pallet y te lo dejan en tu puesto así armado, pero igual te facturan por bulto individual”. Otros además suman a este reclamo la faltan de libertades y el apriete por parte de la empresa: “Yo tengo mis empleados en blanco a los que les pago la jornada completa. Pero no los puedo poner a descargar. Tengo que pagar la descarga aparte para que lo hagan los chicos de la empresa sí o sí. Si no después tengo represalias yo o los pibes míos” (por sus empleados) nos decía en entrevista.

El problema ya no es un problema de partes. Al recorrer el mercado,  pareciera que tanto operadores, productores y changas están de acuerdo en que el “sistema” no funciona. Porque además deja fuera de competencia al mercado respecto del resto. Sin embargo, parece que nada puede hacerse. “Cambió la gestión pero acá la mafia sigue igual”, dicen hoy respecto de la asunción de Garro en la intendencia.

Durante la gestión anterior, el intendente Bruera primero concesionó la carga y descarga a una empresa privada y luego la estatizó a nivel municipal.  Durante el último mandato de Bruera hubo sinfines de protestas y disturbios en torno al mercado por este tema. A finales del 2015, luego de las elecciones, el mercado estuvo de protesta justamente por la incertidumbre del nuevo gobierno electo. En aquel momento la concejal electa por Cambiemos, Florencia Rollié había sostenido que la protesta era motivada por “aquellos que se han beneficiado en estos años con un accionar mafioso en el Mercado Regional de La Plata y que ha llevado a cobrar el doble de las tarifas de carga y descarga que en cualquier otro mercado de la Argentina, para quedarse con esa diferencia, tratan de resistir las modificaciones que Cambiemos -a partir de la asunción de Julio Garro- va a hacer en beneficio de todos los consumidores de la ciudad de La Plata”. Sin embargo, a ocho meses de gestión la misma Florencia Rollié denunció a la actual gestión del Mercado encabezada por la funcionaria María José Scottini.

Rollié pertenece al bloque de la UCR que fue a las urnas con la unión Cambiemos pero que en agosto pasado anunció su apartamiento de la gestión de Garro por no sentirse parte.  Así la Unión Cívica Radical platense se abrió formalmente de la gestión del intendente Julio Garro  y por ende sus concejales.  En este contexto, Scottini, a cargo de la dirección general del ente autónomo local, denunció también a la concejala radical por “extorsión” tras las denuncias presentadas por Rollié sobre el funcionamiento del Mercado Regional, traducidas en presentaciones, proyectos de ordenanza y reclamos públicos al intendente, Julio Garro.

Como otro dato no menor, y según informa la prensa local, María José Scottini es una exfuncionaria municipal imputada por fraude en perjuicio de la administración pública y falsificación de documentación, en una causa que desde abril de 2015 se encuentra en la UFI 4 (Unidad Funcional de Instrucción) y en la que interviene el Juzgado de Garantías Nº5, a cargo de Marcela Garmendia. Los mismos operadores identifican a la funcionaria como “la de la mafia de los taxis”. Revista InterNos intentó, en vano, entrevistar a la funcionaria y a María Silvia Garriga quien sería en los papeles la Administradora nombrada por Garro tras asumir la gobernación.  Durante nuestra visita los empleados administrativos nos informaron, luego de hacernos esperar al vicio por más de una hora, que la funcionaría no vendría al mercado. Tampoco nunca contestó los correos electrónicos.

Si bien se hace muy difícil a la distancia entender la complejidad de lo que pasa en el Mercado Regional, lo cierto es que la mafia y la corrupción están instaladas. En marzo de 2016 el mercado fue noticia tras haber sido baleado el auto de un encargado de la empresa de descarga. En su momento, Daniel Vila, titular del sindicato había expresado al diario Hoy  de La Plata que  lo ocurrido correspondía a “un mensaje intimidatorio de las bandas que se disputan la administración del mercado y buscan aterrorizar a los trabajadores”.  Anteriormente, en diciembre de 2015, un productor hortícola falleció tras ser baleado en su camioneta al regresar del mercado. En su momento la prensa local informó que la víctima, Ariel Guerrero,  no habría cedido a las “coimas” y “peajes” de las mafias vinculadas al mercado y había empezado a vender por fuera del mercado para evitar a los punteros. Durante nuestra recorrida por el mercado, los pocos que se animaron a hablar del tema admitieron que si decíamos sus nombres “después vendrían las represalias”. Algunos de ellos están intentando formar una Cámara de Operadores para tener más fuerza en sus reclamos. Sin embargo, les es muy difícil “porque la mayoría acá tiene miedo. Nos aprietan todo el tiempo”, aseguraron a Revista InterNos.

“Yo no sé si la caja es tal como dicen los medios, pero unos 80 millones se deben manejar estimo yo. Y lo peor es que vos venís acá y las cajas de luz son del año 70. Lo cables están todos sueltos. Ni una inversión de todo lo que pagamos vuelve al mercado”, dice con mezcla de enojo y tristeza un operador.  En los últimos meses los medios locales publicaron en diversas ocasiones que dentro del mercado se manejaba una caja negra de alrededor de $130 millones de pesos. Sobre lo mismo, otro puestero se hace cargo que parte del problema es la falta de unión entre ellos: “Esto nos pasa también por mediocres, antes había una cámara y pagábamos $25, que serían $100 de ahora creo y había puesteros que no pagaban… imagínate”.

“Lo peor es que vos venís acá y las cajas de luz son del año ´70. Lo cables están todos sueltos. Ni una inversión de todo lo que pagamos vuelve al mercado”.

A tan solo unos días de cerrar esta edición el intendente Julio Garró anunció la destitución de la administradora María Silvia Garriga, sin embargo, en entrevista con el diario El Día el intendente dijo que Scottini era empleada del Mercado, designada por Garriga y que su continuidad y alejamiento “dependerá de la decisión del próximo director”.  Lo cierto es que el cargo debe ser votado por la legislatura platense, por lo cual se espera que el Intendente designe un interventor/a hasta que la legislatura retome sus actividades.

Desde Revista InterNos no pretendemos complicar aún más la realidad de quienes ya viven en un ambiente complicado. Por eso en esta nota no hemos nombrado a ningún entrevistado.  Tampoco tenemos la esperanza de modificar una realidad tan compleja como esta. Pero es imposible hablar de lo que ocurre en el mercado sin dar cuenta de una realidad que hoy debería ser una emergencia a solucionar.

 

Lea la nota completa aquí

Advertisement

Lo más leído