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Producción

Trabajadores golondrina: el turno de las peras y las manzanas

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|Alto Valle|

A pesar de las dificultades que atraviesa el sector, los productores de peras y manzanas esperan con ansias el momento de recolección de la fruta. Para esa tarea llegan cientos de trabajadores golondrinas que, como cada enero en el Valle, se convierten en la principal mano de obra de las chacras.

Llegan, sobre todo, del norte. Hombres y mujeres provenientes de Entre Ríos, Mendoza, San Juan, Salta e incluso de países limítrofes como Bolivia. Algunos números indican que más de siete mil trabajadores provienen de Tucumán. Los convoca la cosecha del verano y luego emigran hacia zonas de producción que requieren mano de obra para otras frutas y hortalizas. Son los trabajadores golondrina.

Durante esta parte del año merma considerablemente la actividad en el norte de nuestro país para estos trabajadores. Es por eso que llegan en grandes volúmenes hacia la región sur.

Una vez en el Valle, los y las "golondrinas" se instalan junto a sus familias en albergues y casas que las empresas frutícolas poseen en sus establecimientos, preparadas para recibirlos. Allí viven durante la temporada en la que realizan un trabajo arduo.

La jornada laboral se extiende de ocho a nueve horas diarias, salvo sábados y domingos, donde se cosecha sólo hasta el mediodía. La temporada finaliza generalmente la primera semana de marzo, cuando baja la demanda más importante de recolección.

En algunas ocasiones estos trabajadores sufren condiciones habitacionales y laborales hostiles por parte de sus empleadores. Para este 2018, la Unión de Estibadores y Trabajadores Rurales (UATRE) aseguró que reforzarán controles en las viviendas cedidas por los contratantes.  “Vamos a exigir que en una habitación no duerman más de cuatro personas, que los baños cumplan con los niveles de seguridad e higiene necesarios. Este año van a ser muy rigurosas las inspecciones de las chacras para evitar las irregularidades de otros años”, afirmaron desde la entidad.

Recolección en medio de la crisis

Si bien la falta de rentabilidad del sector trajo aparejada una considerable pérdida en la superficie productiva (se achicó por lo menos un 30%) los números  señalan que, en plena temporada, habrá entre 26000 y 28000 trabajadores realizando tareas de cosecha en la región. Estas estimaciones provienen de las cosechas anteriores. Por ejemplo, sólo en la localidad de General Roca, se emplearon 8000 personas en la temporada pasada. El promedio de edad de este tipo de trabajadores es entre 30 y 45 años. Cabe destacar que la cosecha es una tarea dura, de muchas horas, que requiere fuerza y resistencia.

Para facilitar la llegada de los trabajadores, en algunas ocasiones se les garantiza el medio de transporte. Eso hará para esta temporada el gobierno de Entre Ríos, que a través de la Secretaría de Trabajo financiará el traslado de 1500 trabajadores del citrus con el objetivo de que participen, terminada la zafra en su provincia, de la cosecha en el Alto Valle.

Como publicamos recientemente en Revista InterNos, la UATRE y los representantes de las entidades de trabajadores de la fruta acordaron en el día de ayer un incremento salarial del 22% para los peones rurales. Por este acuerdo, cada cosechador recibirá $775 por jornal. También habrá un aumento del 22% para los trabajadores a destajo.

 

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