Productores e importadores de bananas enfrentan un panorama complejo

|Argentina|

Productores locales de banana reclaman al gobierno por una regulación en las importaciones que frene el “sobrestock” en momento de cosecha nacional. Por su parte, importadores aseguran que la caída en el consumo y el abrupto aumento del dólar dificulta la rentabilidad de las empresas.

“Cuando estamos cosechando se dan el lujo de traer cajas de banana extranjera”, expresó con indignación Pánfilo Ayala, director de la Federación Agraria Argentina en la localidad de Laguna Naineck, Formosa. El dirigente manifestó su malestar por la falta de regulación en el ingreso de mercadería a un precio frente al cual los productores locales no pueden competir. A su vez, señala que la elevada oferta coloca los precios por debajo de sus costos de producción.

Cabe destacar que en Argentina el consumo promedio de banana alcanza los 12 kilos por habitante al año (según FAO). Ésta es una de las razones por las cuales se importa anualmente fruta extranjera: el elevado nivel de demanda no puede ser cubierto por la producción local, que sólo abastece un 23% del total consumido.

Sin embargo, Ayala solicitó al gobierno nacional que la entrada de banana se realice de manera planificada, sin perjudicar la producción local: “Pedimos que se importe lo que falta traer, no el 100% del consumo; si producimos 130 mil toneladas y la Argentina consume 500 mil, pedimos que traigan lo que falta”. Frente a este panorama, lejos parecen haber quedado las buenas expectativas que tenía por delante el sector bananero hace sólo algunas semanas atrás.

Un nuevo conflicto

En esta oportunidad también surgieron reclamos por parte del sector importador y comercializador de la fruta. Es que la abrupta suba del dólar durante el mes de mayo y la caída en la demanda del producto modificó el escenario de la comercialización, preocupando al sector empresario.

El presidente de la Cámara de Importadores de Bananas y Afines (CAMABANA) y titular de la empresa Tropical Argentina (que abastece al Mercado Central de Buenos Aires), Franco Sibilia, explicó que el principal problema aparece con la modalidad de venta “por contrato”, donde comprador y vendedor fijan las toneladas y un valor que se mantendrá durante el período que dure el acuerdo.

"Algunos de nuestros 29 asociados están teniendo problemas porque habían previsto colocar en el mercado una determinada cantidad que hoy va a ser imposible comercializar, porque el consumo sigue bajando", relató. Luego agregó que "el problema es que las empresas tienen que hacer frente igual a esos compromisos de importación", los cuales se realizan a valor dólar. Aquí radica el problema: la moneda norteamericana se disparó más del 30% en lo que va del año, y su cotización pasó de $19,50 a $25.

A su vez, la caída en la demanda se corresponde con una situación macroeconómica general, donde los aumentos de tarifas y el encarecimiento de la canasta básica repercute directamente en la capacidad adquisitiva de los consumidores. Actualmente las cantidades que importadas son mayores a las que el consumidor está demandando, las cuales “se juntan” con la producción local de las provincias de Jujuy, Salta y Formosa.

“La expectativa para los próximos meses no es buena y entonces son menos los que cambian el auto, se cuidan los gastos haciendo menos salidas, y se frena el consumo", ejemplifica Sibilia.

La situación es de incertidumbre para ambos sectores y su resolución dependerá de factores diversos, como los movimientos del mercado cambiario, el aumento (o no) del consumo per cápita nacional y las políticas concretas que el gobierno decida afrontar para satisfacer las necesidades de cada actividad.