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Opinión

Perspectivas con Bichos de Campo

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El día sábado, nuestra editora, Ana Laura Campetella, mantuvo un dialogo con el periodista especializado en agro Matías Longoni para Bichos de Campo. Conversaron sobre la realidad del sector frutihorticola en medio de la crisis por el COVID-19

Les compartimos la nota:

Ana Laura Campetella es una periodista nacida en Córdoba que edita InterNos, una revista de papel (sí, de papel) que comenzó distribuyéndose hace una década en muchos mercados frutihortícolas de todo el país y que hace un par de años incorporó su propio sitio web. “Esto hizo que (la información sobre frutas y verduras) se consumiera a modo más masivo”, reconoció la periodista. Nosotros creemos que además hacen una muy buena cobertura del sector, y por eso la convocamos.

Ana Laura reconoció que la frutihorticultura “es una de las actividades más convulsionadas por el Coronavirus. Y ya sabemos que ante una situación de emergencia, las virtudes pero también los problemas se agravan. En este caso, por la importancia que tienen las frutas y verduras en la dieta cotidiana, y por ser productos que se consumen frescos por lo general”, explicó.

Campetella aseguró que esta pandemia “revela el rol que cumplen los mercados mayoristas, y los productores de la agricultura familiar. Peor por el otro lado también hace que salgan a la luz los problemas del sector, tales como el logro de un precio justo, la informalidad del sector o la estacionalidad, todos temas que la gente desconoce y los grandes medios también”.

Para la periodista, hay desconocimiento acerca de cómo se forman los precios en el sector de frutas y verduras. Y entocnes aparecen en los grandes medios los títulos catástrofe: “Todos los años, y de modo recurrente, titulan igual. Si vas al año 2018, te encontrás con que titulaban: ´el precio del tomate estaba a 900 pesos el cajón´. Ahora en 2020 estamos de vuelta con el cajón a 750 pesos u 800 pesos. Bueno, eso es una fluctuación que se da todos los años y que tiene que ver con una ventana de producción; hoy estamos consumiendo un tomate que viene de Buenos Aires o Mendoza; luego ese tomate se acaba y entonces en abril entra el de Corrientes, en mayo el de Salta y Jujuy y así. De modo que para el que está en el sector, es algo típico, pero el amarillismo mediático lo exagera”, lamentó la colega.

-¿Pero hub una suba de precios en medio de esta cuarentena?

-Hay una suba de precios, pero responde más a una especulación en casos minoritarios. Lo que pasa es que el mercado se maneja históricamente por oferta y demanda, con lo cual durante los primeros días de cuarentena, la gente salió de modo masivo a comprar, subió la demanda y por ende, los precios subieron atrás de esa demanda. En algunos casos puntuales se sumó esa demanda a problemas de estacionalidad, como fue el caso de la naranja, o de la papa, que costó cosecharse por las lluvias- respondió Campetella.

La  periodista sumó que “hay cuestiones que tienen que ver con los problemas de transporte y logística que encarecen la comercialización tradicional. Por ejemplo, si antes un camión venía cargado de papas desde Balcarce a Córdoba, y luego volvía cargado con cereales, al cerrarse los puertos durante esa primer semana de aislamiento, los cereales no salieron, y entonces, si un operador de papas, traía un camión cuyo flete salía 90 mil pesos, ahora se debe asumir el costo de ese mismo flete por el doble, es decir 180 mil pesos, porque a la vuelta va vacío”.

Campetella describió que “esto no significa que la tradicional oferta y demanda no tengan que ser puestas en duda, porque hay algo ahí que necesita ser revisado, porque ese mercado no está acogiendo a todos. Entonces no es justo para un consumidor, pero tampoco para un productor mediano tradicional de la agricultura familiar. Los productores de peras y manzanas de Río Negro vienen denunciando hace años la concentración y exclusión de mercados. Entonces, hay un funcionamiento histórico de la oferta y demanda que no están siendo funcionales a todos”.

La mayoría de los precios de frutas y verduras, a esta altura de la cuarentena, comenzaron a normalizarse, según la periodista. “Hace poco publicamos un articulo donde comparamos los precios corrientes o nominales de mercado con los precios reales, es decir los precios a manera constante. Vemos por ejemplo que a precios reales la cebolla, la papa y el tomate están más baratas que lo que estaba en 2017, aunque nominalmente estén más caros, por una cuestión de inflación que sufrimos todos, pero los precios de frutas y verduras fueron los que menos aumentaron en términos reales”, aclaró la especialista.

A la hora de enumerar dos o tres urgencias de los productores en medio de esta pandemia, Campetella dijo que “la mayor preocupación tienen que ver con la prolongación de la cuarentena y los miedos lógicos que eso acarrea, en el sentido de los trabajadores que no puedan salir a cosechar ya sea porque se enfermen y contagien. Esto traería un posterior encarecimiento”.

“Por eso se están armando cuadrillas de trabajo, cosa de que si una persona de una determinada cuadrilla se enferma, se aísle a toda la cuadrilla por completo y tener toda otra cuadrilla lista”, explicó.

¿Qué hará Ana Laura apenas termine la cuarentena? “Lo primero será ver a mi familia, mi mamá y mis hermanos, y después iré a los mercados mayoristas, porque estoy habituada a recorrerlos y a hablar con su gente”, nos contó.

 

 

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