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Producción

Argentina y Estados Unidos prohíben el clorpirifos

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Foto: Greenpeace

|Argentina|

En mayo de este año, Senasa puso en marcha un proyecto para prohibir la producción y la comercialización de productos fitosanitarios compuestos por clorpirifós etil y clorpirifós metil de cara a la próxima campaña. Finalmente, y luego de una Resolución publicada el pasado 4 de agosto, el organismo determinó que a partir de 2023 estará prohibido en nuestro país  el uso de estos productos fitosanitarios.

Senasa dispuso la prohibición para importar este principio activo, la prohibición para elaborarlo y fraccionarlo a nivel local en un plazo máximo de 90 días, y la prohibición de comercialización y uso a partir de los 455 días desde que entre en vigencia la resolución. La única excepción para estas disposiciones son aquellos casos en que este agroquímico sea fabricado para su exportación.

“Desde esa fecha, se producirá la baja automática de los registros de principios activos y de los productos fitosanitarios que contengan clorpirifós etil y clorpirifós metil, en el Registro Nacional de Terapéutica Vegetal a cargo de la Dirección de Agroquímicos y Biológicos dependiente de la Dirección Nacional de Protección Vegetal del Senasa”, señala la nueva norma.

Uno de los objetivos de su regulación es que Argentina se adecúe a las reglamentaciones internacionales y los alimentos que se exporten no pierdan competitividad en los mercados del mundo. Sobre todo en aquellos que ya tienen reglamentaciones limitantes al respecto, por ejemplo la Unión Europea.

En agosto del 2019 la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), publicó un comunicado donde concluía que los plaguicidas clorpirifos etil y clorpirifos metil no cumplen “con los criterios aplicables para proteger la salud humana establecidos en la legislación de la Unión Europea” y recomendaba que no se renovaría su autorización más allá del 31 de enero de 2020, fecha en la que expiró su licencia.

Tiempo atrás, desde Senasa aclararon a InterNos que el producto se prohibirá "como agroquímico agropecuario y no en su variante para uso veterinario”.

El otro gran motivo que justifica esta medida es el impacto en la salud que puede tener la exposición crónica de este fitosanitario sobre las personas. La nueva legislación de Senasa incluye una reducción de los límites máximos de residuos (LMR) que pueden contener los alimentos que hayan sido tratados con clorpirifós durante el año en que la norma entre en cumplimiento definitivo.

“Se fija en 0,01 miligramos por kilogramo el límite de determinación de clorpirifós etil y de clorpirifós metil para todos los productos y subproductos agropecuarios que se importen o produzcan localmente para consumo interno, a partir de los 575 días de entrada en vigencia de la presente resolución”, precisa el documento.

En Estados Unidos

Estados Unidos va a prohibir el uso de clorpirifos para la producción de alimentos. Así lo anunció la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés), quien publicará un reglamento para bloquear su comercialización.

La prohibición de este agroquímico comúnmente utilizado en hortalizas como brócolis, repollos, espárragos, pero también en frutas o cultivos de extensiva como la soja, entrará en vigencia dentro de seis meses.

"Hoy la EPA está dando un paso, tardío, para proteger la salud pública", dijo el director de la Agencia, Michael Regan. "Poner fin al uso de clorpirifos en los alimentos ayudará a garantizar que los niños, los trabajadores agrícolas y todas las personas estén protegidos de las consecuencias potencialmente peligrosas de este pesticida", agregó.

Cabe recordar que la EPA había prohibido el uso de este químico en 2015, bajo el mandato de Barack Obama, luego de afirmar que no existían certezas de seguridad en la exposición al químico mediante alimentos o agua.

No obstante, la EPA de Donald Trump revocó la decisión y dijo que no había pruebas suficientes para vincular la exposición al clorpirifos con problemas de salud de trabajadores rurales y, sobre todo, niños, donde pesaban las principales sospechas como problemas de desarrollo y coeficiente intelectual reducido.

El clorpirifos seguirá estando permitido para usos no alimentarios, como en campos de golf, césped, postes de servicios públicos y postes de cercas, y en el tratamiento de cebos para cucarachas y hormigas.

“Tomó demasiado tiempo, pero los niños ya no comerán alimentos contaminados con un pesticida que causa discapacidades de aprendizaje intelectual”, dijo Patti Goldman, abogada de EarthJustice, una de las organizaciones detrás de la posición contra este químico. “El clorpirifós finalmente desaparecerá de nuestras frutas y verduras”, agregó.

Fuente:

  • Senasa Argentina
  • Centro de Informes
  • Portal Frutícola
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