Connect with us

Comercialización

Fernando Borgo: "La variable de ajuste siempre es el precio de la fruta pagada al productor"

Published

on

Foto: Bichos de Campo

|Argentina|

Días atrás, representantes de la Federación del Citrus de Entre Ríos (FECIER) aseguraban al medio Freshplaza que los precios pagados por los cítricos dulces esta temporada eran considerablemente menores respecto a la campaña anterior. Desde Revista InterNos nos comunicamos con Fernando Borgo, miembro de la comisión directiva la entidad, para conocer el origen de este problema pero, además, para conversar sobre la actualidad del sector respecto a mercados, política laboral y costos productivos.

¿Cómo fue, en términos climáticos, la campaña citrícola en la provincia?

Este año el clima se portó de manera excepcional, no hubo grandes contingencias. Solo un episodio de granizo en la zona de Chajarí, al norte de Entre Ríos, que generó daños en zonas muy puntuales. Pero en general fue benévolo en lo climático, con lluvias y temperaturas normales, para nada extremas.

Hace algunos días desde FECIER se informó que los precios pagados al productor por la fruta estaban muy deprimidos. ¿Qué sucedió?

El año pasado fue atípico, hubo buenos precios porque tuvimos una contingencia climática en la primavera de 2019 que condicionó la producción de 2020. Como hubo un 40% menos de fruta, la oferta y la demanda estuvieron muy equilibradas. Además, por el COVID-19 la gente aumentó su consumo de cítricos. Esto causó precios altos que llegaron a los productores. La fruta se vendió en el Mercado Central entre 20 y 30 pesos el kilo. Pero este año la demanda en el mercado interno es menor y hay más fruta. Estamos vendiendo entre 8 y 12 pesos el kilo, como mucho. Y para industria entre 4 y 5 pesos el kilo.

¿Y cuáles son los costos de producción?

El costo de producción por kilo de fruta varía entre 15 y 20 pesos. La citricultura viene de varios años de trabajar sin rentabilidad o con los márgenes muy al límite en los costos. Por ejemplo: en enero de este año, un flete a Mar del Plata costaba 70 pesos por bulto. Ahora, ese flete sale 110 pesos por bulto y con los precios de la fruta por la mitad. Y no es que el transportista gane 40 pesos más por cajón, sino que el aumento del combustible, de peajes, salarios e insumos importados se suman al costo total. Y la variable de ajuste siempre es el precio de la fruta pagada al productor. Por eso es tan grande el desfasaje entre lo que paga el consumidor y lo que recibe el productor en la finca.

En Entre Ríos se produce un 50% naranjas, 45% mandarinas y el restante 5% se reparte entre limón y pomelo

Y respecto al mercado externo, ¿cómo está actualmente el flujo comercial luego del cierre -y posterior reapertura- del mercado europeo por presencia de Mancha Negra en 2020?

La reapertura se hizo bajo parámetros de fiscalización muy estrictos, entonces el flujo comercial no termina siendo el mismo que otros años. A principio de la temporada de exportación, cuando el tipo de cambio favorecía, se arrancó con mayores expectativas. Pero en esta zona hubo problemas para conseguir cajas, problemas en la logística para conseguir contenedores de frío, problemas con los despachos en los barcos. Y hoy ya existe una brecha muy grande entre el cambio oficial y el que necesitas para hacer la logística o conseguir insumos. Todas estas cuestiones complican la exportación.

¿Están teniendo problemas para conseguir mano de obra para la cosecha? Hace un tiempo fue noticia un productor misionero que no consiguió trabajadores para levantar sus cítricos.

Yo creo que el problema más importante con la mano de obra, y es un problema estructural que debe ser atendido en Argentina, es el costo. Es altísimo el costo fiscal que afronta el empresario para pagar al Estado, al sindicato, a ANSES, y que no se traduce en beneficios para el trabajador. Después están las cuestiones coyunturales como la que señalas vos. Hace unos días el gobierno anunció que va a compatibilizar los planes sociales con el trabajo temporario. Será una herramienta que ayude, pero no la solución final. Hay que tener en cuenta que la medida está prevista para este año y el que viene, luego terminaría. 

¿Y qué se necesita para resolver o mitigar las dificultades de las empresas a la hora de contratar?

Nosotros en Entre Ríos y sur de Corrientes tenemos un convenio colectivo de trabajo para los cosechadores citrícolas, que abarca también a los trabajadores del arándano. Ahora estamos trabajando con el Sindicato de Obreros de la Fruta para, dentro del marco de la ley nacional, hacer algunas modificaciones al convenio que nos permitan hacer contrataciones más ágiles para tareas eventuales como poda, raleo, cosecha. Creo que todas las actividades de las Economías Regionales tienen una dificultad en este sentido. Por eso bregamos por un marco regulatorio similar al que tiene el sector de la construcción, más dinámico.

Te cambio de tema para preguntarte por el panorama general de la actividad. ¿Se ha invertido en nuevas plantaciones o variedades en los últimos años?

En términos generales, las plantaciones se han achicado. El último censo que hizo FECIER fue en 2016, y con respecto al censo del 2004, tuvimos alrededor de un 20% menos de plantaciones. Pero ojo, todo está ligado al nivel de rentabilidad del sector. El año pasado, cuando el sector obtuvo mejores precios por la fruta y fue rentable, invirtió en nuevas plantas. Tanto que los viveros no daban abasto con la demanda. Eso muestra cómo responde el sector cuando tiene un negocio rentable. También hubo mayor control de plagas, mayor fertilización y recambio de plantas.

Un 65% de la fruta va hacia el mercado interno, un 25% de industria para jugo y el 10% restante se exporta

Y entonces, ¿cuáles son las políticas que necesitaría el sector para revertir la situación?

Tené en cuenta que la fruticultura es un proyecto de inversión que lleva entre 25 y 30 años. Necesitas una estabilidad política y económica para encarar una plantación citrícola. Nosotros tenemos tres propuestas a groso modo. El primero, tema laboral. Tener un marco de ley que facilite la contratación por temporada de cosecha, poda, de raleo. Que contenga al empresario y al trabajador. En segundo lugar el tema impositivo. Necesitamos una reforma, somos una actividad a cielo abierto de alto riesgo y competimos contra países de tecnología avanzada, no podemos estar pagando 170 impuestos. Y el último punto es la promoción de consumo. Promover una alimentación más saludable que incorpore frutas, hortalizas y legumbres, en reemplazo de los industrializados. Fomentar el consumo de alimentos regionales.

Advertisement

Lo más leído