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Producción

Suelos salinos: INTA y FAUBA analizaron la situación argentina

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Foto: Guillermo Schulz (INTA)

|Argentina|

INTA y FAUBA realizaron el primer inventario que registra un porcentaje de suelos afectados por la salinización y sodificaicón, dos procesos de degradación que amenazan los sistemas productivos agrícolas argentinos. 

El trabajo se realizó en el marco de la Alianza Mundial por el Suelo (GSP), dentro de FAO, la cual inició un proyecto para estimar el área de suelos afectados por sales (SAS) a escala global, donde cada país miembro contribuye con sus mapas. 

Cabe destacar que el origen de estos suelos es en parte natural y en parte inducido por diferentes actividades, como la producción agrícola y ganadera, el riego o el manejo forestal. En Argentina, los SAS se encuentran sobre todo en ambientes áridos y semiáridos, ubicados hacia el oeste del territorio.

Según el mapa elaborado por estas instituciones, en las zonas dedicadas a la agricultura intensiva de regadío completo (viñedos, frutas, hortalizas) la salinización afecta alrededor del 25 % de la superficie total. La mayor parte de la salinización del suelo es causada por el ascenso capilar de sales desde el agua subterránea.

El mapa indica que de 0-30 centímetros de profundidad hay 770.403 kilómetros cuadrados de suelos salinos, sódicos o salinos-sódicos, lo que representa el 27,6 % de la superficie del país, y de 30-100 centímetros de profundidad hay 1.066.389 kilómetros cuadrados, lo que representa el 38,2 %.

Por otro lado, existen millones de hectáreas de suelos salinos en ambientes húmedos, subhúmedos y semiáridos. Miguel Taboada, director del Instituto de Suelos, señaló que se ubican en el sector oriental del país y tres grandes áreas concentran esos suelos: la “Pampa Inundable” en la provincia de Buenos Aires, la “Pampa Interior” ubicada principalmente en las provincias de Buenos Aires y Córdoba y los “Bajos Submeridionales” en el sur del Chaco y Centro-Norte de Santa Fe.

Mapa de perfiles salinos a nivel nacional. Fuente: INTA

Además, existen suelos agrícolas que sufrieron recientes procesos de salinización/alcalinización debido a alteraciones en el régimen hídrico. “Un proceso atribuido a acciones antrópicas de aumento de las precipitaciones que se ha producido a nivel local en los últimos 30 años elevó el nivel del agua subterránea y contribuye al problema en las áreas de descarga”, comentó Taboada.

“El mapa SAS de Argentina muestra que los problemas de salinidad están muy extendidos a lo largo del país. A nivel de finca, para reducir o evitar la salinidad, se debe mejorar la eficiencia en la gestión del agua de riego, cambiando o mejorando los sistemas por tecnologías más modernas y eficientes. En menor medida, utilizar enmiendas como el yeso”, concluyó el técnico de INTA.

Ver más información en la web de INTA

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