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Comercialización

Yerba Mate: las empresas evalúan importar hoja verde y los productores temen que los precios del cultivo se “planchen”

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|Argentina|

El 2021 registró la mejor producción de yerba mate nacional de los últimos años, pero las sequías que sufrieron las provincias yerbateras en el verano generaron una merma en la zafra gruesa de 2022.

Ante este escenario, el sector industrial sugirió la posibilidad de importar este insumo para abastecer el consumo interno, que creció desde el comienzo de la pandemia por COVID-19. Sin embargo, las trabas ligadas al acceso a divisa extranjera dificultan el ingreso de productos internacionales a Argentina.

Semanas atrás, el gobierno nacional reguló los permisos de importación (SIMI) y dividió las licencias en categorías A y B. Las empresas tipo A pueden pagar sus importaciones de manera habitual, pero las B deben conseguir financiamiento con bancos o proveedores a 180 días.

Los cupos de importación son otro de los puntos en los que la industria reclama una revisión del Estado. Actualmente las compañías con licencias SIMI A tienen un cupo de dólares hasta un 70% superior a las importaciones de 2020 o 5% mayores a las de 2021. Pero con precios en alza, los cupos permiten comprar menos insumos. En este sentido, industrias como la del café sostienen que necesitan el doble de cupos de divisas para mantener un abastecimiento normal del producto.

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El caso de la yerba: ¿qué dicen las empresas?

Los industriales mantuvieron reuniones con Desarrollo Productivo para pedir la apertura de importaciones desde Brasil y Paraguay. Para el sector no hay garantías de que haya yerba suficiente para abastecer normalmente al mercado en el segundo semestre.

Playadito, de la Cooperativa Liebig (Corrientes), fue una de las empresas que anunció faltantes de yerba para 2023. Calculan una caída del 30% en el aprovisionamiento de este cultivo. Orlando Strauss, vice de la cooperativa, dijo a IProfesional que recuperar la producción perdida podría demorar 5 años.

Playadito es la marca más vendida del país, con un crecimiento de 7 puntos desde el comienzo de la pandemia. Para Strauss el consumo creció con la implementación del “mate individual”. “Quizá se achicó el tamaño del mate, pero aumentó la cantidad de veces que se toma mate. Esto hace que el consumo de yerba venga creciendo en el país”, opinó.

El empresario consideró necesaria la importación de yerba, pero aseguró que la producción para 2022 está cubierta. Según Strauss las pérdidas en los cultivos serán notorias en 2023.

Desde Misiones también hubo empresas que ponderaron la posibilidad de importar este cultivo. Raúl Karaben, dirigente de la Cooperativa Piporé de Misiones, advirtió que “nadie está cosechando” y que las pérdidas en la producción superarán el 20%.

“Va a faltar yerba, aunque hoy no sabemos cuándo y en que zonas”, sentenció el dirigente. Ante este escenario, consideró que “hay que permitir que se oxigene el mercado con yerba importada”.

Los productores y el temor a la sobreoferta

El sector productivo no apoya la importación de yerba, ya que confían en la recuperación de los cultivos. Días atrás el director de Producción del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), Marcelo Hacklander, dijo a InterNos que los cultivos que se habían perdido en el verano podrán recuperarse sin problema en invierno.

Las lluvias trajeron alivio a las plantaciones correntinas y misioneras, y buena parte de las plantas afectadas por la sequía rebrotó. No obstante, Hacklander remarcó que “es preferible esperar que las plantas se recuperen del estrés y la hoja madure, entonces los rendimientos serán mucho mejores”.

La preocupación para el sector es que se genere una sobreoferta del insumo, que “planche” los precios y genere pérdidas para los productores más pequeños.

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