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“La toxicidad de una sustancia no está determinada por su origen natural o químico”, afirman desde CASAFE

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|Córdoba|

Los días 5 y 6 de septiembre, Córdoba será sede del Segundo Congreso Nacional de Fitosanitarios que se realizará en nuestro país. El encuentro buscará concientizar sobre el uso responsable de agroquímicos en producciones agrícolas, una temática sensible que genera controversia en la opinión pública.

El encuentro está organizado por la Cámara de Sanidad Agropecuaria y de Fertilizantes (CASAFE), la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Córdoba y el Ministerio de Agricultura de la Nación.

Muchos argentinos viven con el miedo latente de consumir frutas y verduras contaminadas por mala praxis en el uso de los agroquímicos. Que se abusa del producto, que se lo coloca mal o que faltan controles de los organismos oficiales, son algunos de los argumentos que se escuchan cuando en alguna mesa se inicia una conversación de este tipo.

“Creemos que el temor hay que abordarlo con conocimiento” dicen desde CASAFE, y aseguran que la única manera de hacerlo es con “base científica”.  Por eso, este Congreso contará con la presencia del Director de Inocuidad de Senasa, Alejandro Fernández, responsable de esta área del organismo encargada de regular la sanidad de los alimentos que circulan por nuestro país.

Máscaras, delantales, guantes y antiparras, algunos de los EPP exigidos por CASAFE para el correcto uso de fitosanitarios

En lo que respecta al uso en el campo, el evento -que se desarrollará en la ciudad de Marcos Juárez- centrará sus acciones en torno a las Buenas Prácticas Agrícolas. Éstas son una serie de medidas relacionadas, entre otras cosas, al uso responsable de estos productos a través del triple lavado de los envases, la incorporación de los Equipos de Protección Personal (EPP) y la eficiente lectura de las etiquetas para conocer qué se aplica, cómo se aplica y cuáles son sus períodos de carencia.

Sin embargo, el objetivo del Congreso será también “derribar” ciertos mitos sobre la toxicidad de los productos fitosanitarios. Uno de los más importantes, aseguran desde la organización, es “entender que la toxicicidad de una sustancia no está determinada por si su origen es  natural o químico”. Para tratar este punto se llevará a cabo un panel llamado “Fitosanitarios y Salud: Derribando Mitosdonde se discutirán las estadísticas que vinculan enfermedades graves (como cáncer o problemas reproductivos) con la utilización de agroquímicos.

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En el marco de los documentos presentados semanas atrás por el Grupo Interministerial para la correcta aplicación de fitosanitarios, se realizará un panel llamado “Legislaciones: En busca de un bien común” donde se tratarán la Ley de Envases Vacíos de Fitosanitarios y el Programa BPA de la Provincia de Córdoba, entre otros marcos regulatorios.

Finalmente, también habrá un panel para discutir qué tipo de intercambio existe hoy entre los sectores productivos y el ambientalismo en Argentina. En un contexto donde se promueve el aumento de la oferta, cuidar el medio ambiente se vuelve un objetivo primordial para proteger los recursos y cuidar la salud humana.

Glifosato, el agroquímico más condenado

Hace sólo dos semanas atrás, la multinacional Monsanto fue condenada por la justicia del estado de San Francisco por ocultar que uno de sus productos, el herbicida Roundup, era potencialmente cancerígeno y peligroso para la salud humana. Dewayne Johnson, un conserje y jardinero escolar acusó a la empresa de haber contraído cáncer por los efectos que el glifosato (compuesto activo del Roundup) generó en su organismo.

Pero no hace falta irnos tan lejos para encontrar malas experiencias con el glifosato. En 2017 la Corte Suprema de Justicia confirmó la sentencia que en 2012 había sido aplicada a Francisco Parra (productor agropecuario) y Edgardo Pancello (aviador aplicador) por utilizar productos fitosanitarios sin respetar las condiciones mínimas de seguridad en los alrededores del Barrio Ituzaingó Anexo, en Córdoba. Los vecinos de dicha localidad sostuvieron años de denuncias por enfermedades producidas ante el contacto con este compuesto.

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Sin embargo, durante el Congreso Aapresid finalizado hace algunos días, el doctor Adrián Cormillot realizó una polémica declaración al afirmar que la sal, que consumimos todos los días en nuestra mesa, es más peligrosa para los humanos que el glifosato.

Desde CASAFE consideran que lo expresado por Cormillot “es un titular impactante” pero que lo importante está en conocer cómo se llega a este tipo de conclusiones. "Y es a través de la ciencia, sin duda”, expresan.

“El glifosato es una molécula cuestionada, lo que genera mucha desconfianza. Pero lo que quizás no todos saben es que fue y es muy estudiada a la vez. Existen más de 800 estudios científicos y revisiones que respaldan la seguridad de esta molécula”.

Para la organización, el impacto en la salud humana no se debe tanto al uso de la sustancia per se, sino al modo en que se la usa. “Esto no significa que haya que dejar de comer sal, sino que hay que usarla en las dosis y forma adecuada igual que cualquier producto, lo conozcamos o no”, concluyeron.

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