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Producción

INTA investiga cómo mejorar calidad y rendimientos de batata

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|Argentina|

Con el objetivo de aumentar la producción de batata y desarrollar su industria, un estudio académico analizó cómo se modificaron la calidad y el rendimiento de distintas variedades genéticas del cultivo al sembrarlas en diferentes condiciones ambientales.

Ante la poca información existente sobre el comportamiento de las variedades en cada ambiente, las calidades y los rendimientos fluctúan notablemente en todo el país. Por eso, el INTA y la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) llevaron a cabo una investigación en la cual estudiaron cómo tres ambientes contrastantes de la provincia de Tucumán influyeron sobre la producción de distintas variedades del cultivo.

Entre sus principales conclusiones, los investigadores destacaron que mientras que las temperaturas y las precipitaciones determinaron en mayor medida los rindes, la calidad se relacionó más con la genética.

Rodrigo Borioni profesional del INTA y egresado de la Maestría en Producción Vegetal de la Escuela para Graduados de la FAUBA estudió seis variedades de batata y analizó cómo se modificaron sus rendimientos y calidades al cultivarlas en tres condiciones ambientales diferentes en Tucumán, provincia en donde se producen casi 10 mil toneladas de esta hortaliza.

El ensayo abarcó temperaturas medias diarias entre 18 y 25 °C, y precipitaciones entre 233 y 950 milímetros. Borioni trabajó con variedades como Beauregard (o boniato), cuya raíz comestible es rosa por fuera y naranja por dentro, con otra llamada Colorado-INTA, que tiene raíces de piel morada y pulpa naranja, y con la Famaillá-6, que es totalmente blanca.

El investigador destacó: “Luego de tres años de ensayos registramos una nueva variedad de batata en el Instituto Nacional de Semillas (INASE) y establecimos cuáles son los factores que más influyen en el rendimiento del cultivo y en su calidad para la industria. Las distintas condiciones ambientales definieron gran parte de los rindes, y la genética determinó de forma directa la calidad”.

Borioni profundizó en el impacto de la genética sobre la buena calidad industrial del cultivo. “El genotipo determinó en un 80% el contenido de almidón en las batatas y en más de un 60% su materia seca, dos parámetros clave para la industria”.

Los resultados del estudio indican que, a nivel nacional, la productividad del cultivo puede aumentar. “Al identificar qué variedad funciona mejor en cada ambiente vamos a poder seleccionar y optimizar los materiales genéticos para las diferentes regiones del país. Este progreso podría beneficiar tanto a los pequeños y medianos productores de la Argentina como a la futura industria de la batata”, destacó el investigador.

Actualmente, la batata ocupa el segundo lugar en el ranking mundial de producción de hortalizas de raíz. En la Argentina, los productores de distintas regiones cultivan diferentes variedades que, en total, rinden 190 mil toneladas al año. Existen numerosas variedades de batata con diferentes orígenes, rendimientos, calidades, sabores y colores internos y externos de sus raíces.

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