Una mirada hacia el interior del país

Las economías regionales en general están pasando por una crisis muy importante que requiere de cambios profundos en las políticas de Estado que nos permitan salir de esta situación. La nuestra, la economía regional que se dedica a la producción de manzanas y peras, está sumergida en un estancamiento muy profundo y quizá sea una de las economías más sensibles al tipo de cambio.

A pico y pala

El Valle está hecho a pico y pala, con la mano del hombre y ha costado muchos años de trabajo para alcanzar el nivel de producción y la calidad que teníamos. En los últimos años, el productor ha quedado al borde de desaparecer del sistema productivo y lo que más tardamos en hacer es un productor. Se necesitan unos 30 años para formar un productor en la actividad frutícola. Los productores de nuestra zona han ido desapareciendo. En lo últimos 10 años, hemos pasado de tener 12000 familias productoras  a 2600.

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