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Política Sectorial

Horticultura en Pilar: todo por hacer

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Foto: Revista InterNos

|Córdoba|

El pasado sábado 27 de marzo quedó conformada la primera Mesa Hortícola Agroclimática - Ambiental con productores de los municipios de Pilar y Río Segundo, junto a representantes de entidades del agro e instituciones públicas de la provincia de Córdoba. Se trata de un espacio de diálogo para que los horticultores elaboren estrategias de trabajo frente a los problemas que representa el cambio climático en la actividad agropecuaria. Además, se propone como una red de contactos para que los productores de la región puedan articular sus principales demandas y necesidades frente a los organismos del Estado municipal, provincial y nacional.

El evento se realizó en la Casona Municipal de Pilar. Participaron una decena de productores de la zona -con convocatoria limitada por el contexto de pandemia- de distinto tipo, características y escala. Algunos de ellos horticultores, otros productores de frutas y en algunos casos vecinos de la localidad que poseen una huerta y están interesados en la producción de alimentos.

La jornada fue, en rigor, el cuarto y último taller de un proyecto que tenía como objetivo estudiar cómo el cambio climático y sus eventos extremos estaban afectando a los productores de la zona. La instancia final del mismo consistía en la conformación de una Mesa de Trabajo mediante la cual abordar problemas como la mitigación del riesgo por lluvias intensas, granizo, falta de agua o sequías. Dicho proyecto fue cofinanciado por la Agencia de Desarrollo Económico de Córdoba (ADEC) y por el Ministerio de Ciencia y Técnica de la provincia, en el marco de los Proyectos de Investigación Orientada a Demanda (PIODO).

Foto: Revista InterNos

Esta Mesa se desprende, a su vez, de otro proyecto marco -cuyo beneficiario es la Asociación de Productores Hortícolas de Córdoba (Aproduco)- que es el relevamiento de productores realizado en el cinturón hortícola ampliado de Córdoba. El mismo incluyó al periurbano de la ciudad capital y también al de Colonia Caroya, Río Primero y, por supuesto, Pilar y Río Segundo.

“Las Mesas de Trabajo tienen como objetivo principal explotar recursos satelitales, de teledetección y de monitoreo del clima para los productores locales. Hacer que el repertorio tecnológico esté accesible para los quinteros”, explicó a InterNos Beatriz Giobellina, técnica de INTA Regional Córdoba, quien junto a su colega Diego Pons dirige el proyecto.

Estas Mesas, además, se trabajan de manera interinstitucional con la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena de la provincia, el Ministerio de Salud e incluso con investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), entre otras instituciones.

“La reunión dejó conformado el espacio de trabajo. Se compartió una propuesta de protocolo, de funcionamiento de la Mesa, para tener una guía de cómo llevarla adelante en los próximos meses”, dijo a InterNos Luis Narmona, técnico de INTA Regional Córdoba. “La propuesta es que se realicen juntadas mensuales. Y que, en el medio, haya actividades para formación, capacitación, formulación de proyectos. Que la mesa funcione para el diseño y seguimiento de otros temas que preocupan a los productores”, remarcó.

Sobre la jornada

La jornada se desarrolló en cuatro instancias. En primer lugar, se propuso y aprobó un protocolo de funcionamiento interno de la Mesa entre los presentes. Luego se presentaron las principales problemáticas que preocupan a los productores de la región, como la deriva de agroquímicos -la gran mayoría de las quintas están rodeadas de campos de soja- o la propiedad de la tierra, problema estructural que desemboca en dificultades para la inversión.

Foto: Revista InterNos

“Fueron temas discutidos con mucha efervescencia durante la mañana. Es la prueba de que son las principales problemáticas a las que se exponen los productores. Perder cosechas por derivas, tener problemas de salud a causa de eso. Y todos los obstáculos que sufren por no ser dueños de la tierra: no poder instalar estructuras de protección o mejoras tecnológicas. Son los grandes cuellos de botella del sector”, señaló Luis Narmona.

Sobre el problema de las derivas, Juan Perlo, presidente de Aproduco, recordó que en Córdoba existe la Ley de Agroquímicos, la cual establece el marco para la aplicación de estos productos. "Hay que exigirle a los municipios y a la provincia que la hagan cumplir y que se active el protocolo cuando sea necesario. Hay que insistir, trabajar con los técnicos, esa es la forma", señaló el dirigente frutihortícola.

En una tercera instancia los presentes participaron de una exposición del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) realizada por Silvana Richi, del Observatorio de Pilar. Allí se les explicó el funcionamiento de la página web del SNM mediante la interpretación de datos, imágenes satelitales y radares. Además se realizó un resumen del pronóstico agroclimático para los próximos tres meses.

"Perder cosechas por derivas, tener problemas de salud a causa de eso. Y todos los obstáculos que sufren por no ser dueños de la tierra. Son los grandes cuellos de botella del sector”, Luis Narmona

Por último, dos integrantes del Grupo de Epidemiología Ambiental del Cáncer en Córdoba (GEACC), expusieron sobre los peligros de la exposición aguda y crónica a los agroquímicos, la necesidad de aplicar Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y de reducir el riesgo extremando los cuidados en cada etapa del proceso (que además de la aplicación consiste en la carga de la mochila, la limpieza de los equipos y el descarte de los bidones donde se almacenan estos productos).

Hacia el final, se planteó a los productores, funcionarios y vecinos presentes la posibilidad de desarrollar una app que funcione como “Boletín Agroclimático” al incorporar información metereológica (con alertas tempranas en caso de eventos extremos) y, a su vez, con datos útiles para las tareas a campo durante la temporada de otoño - invierno. 

Los organizadores juzgaron exitosa la convocatoria del evento. “Es muy importante la diversidad de asistentes. Así se construye la sustentabilidad de los procesos. Cuanto más actores haya, el proceso va a tener más vida y más protagonismo en el territorio”, consideró Narmona.

Por su parte, Giobellina destacó que en los cinturones verdes existe gran demanda de estos espacios de encuentro, pero faltan procesos socio-organizativos territoriales. “El objetivo es transformar ese malestar y esos problemas en algo conducente en políticas. La idea es que la Mesa esté conformada por los productores, pero también por los actores que, en algún grado, están a cargo de la gestión pública. Necesitamos armar un sistema inteligente para la toma de decisiones”, concluyó.

Propiedad de la tierra: un problema central

La tenencia de la tierra es uno de los problemas centrales para los quinteros de estos dos municipios. Es que la actividad en esta zona es relativamente nueva, y es resultado de la deslocalización de la producción hortícola del cinturón verde de la ciudad capital, que con el paso del tiempo fue desplazada por el avance de la frontera urbana.

"Los productores están sujetos al mercado de arrendamiento, que no es para nada benévolo con ellos. No tienen infraestructura, no tienen sistemas de riego, tampoco asesoramiento. Los mismos municipios están sorprendidos por esta actividad" Beatriz Giobellina

“Aquel cinturón tenía sus sistemas de riego, su paisaje, su distribución de quintas, caminos y equipamientos. Fue evolucionando en un siglo de gestación. Pero esta zona es nueva. Los productores están sujetos al mercado de arrendamiento, que no es para nada benévolo con ellos. No tienen infraestructura, no tienen sistemas de riego, tampoco asesoramiento. Los mismos municipios están sorprendidos por esta actividad. Acá está todo por hacer”, describió sobre Pilar y Río Segundo la especialista Beatriz Giobellina.

Foto: Revista InterNos

Uno de los temas centrales que se desprenden de esta problemática es la convivencia entre cultivos extensivos y cultivos intensivos hortícolas, donde estos últimos sufren las derivas en las aplicaciones de agroquímicos que no solo dañan las plantaciones para consumo en fresco, sino que también exponen a las familias agricultoras.

“La producción de alimentos no puede estar salpicada en medio de los campos de soja. Los municipios deberían definir zonas de producción ecológica, aplicar figuras de ordenamiento donde concentrar producción hortícola y, al mismo tiempo, centralizar los servicios que estas requieren”, dijo Giobellina.

Y finalizó: “Los cinturones verdes son muy importantes pero están abandonados. Los productores sobreviven como pueden, se las arreglan con el mercado inmobiliario rural como pueden, mano a mano. No hay una política pública en relación al alquiler, no hay crédito para el acceso a la tierra rural, no se regula la precariedad de los contratos. Si la sociedad reconoce que necesita que estos productores sigan alimentando al país, tiene que preocuparse por lo que sucede con ellos”.

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