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Producción

Kit contra el calor: Protector solar, gorra y sandía

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Foto: Leticia Riera (Revista InterNos)

|Argentina|

Si de frutas veraniegas hablamos, la sandía es una de las destacadas. Su gran contenido de agua (90%) y su frescura la convierten en la elegida a la hora de incorporar a nuestra dieta un alimento saludable, dulce e hidratante durante los meses de calor.

La sandía es un cultivo anual que se desarrolla mejor en climas subtropicales. Por lo tanto, es muy sensible a las heladas y necesita un temperaturas templadas para crecer. Presenta un ciclo de cultivo relativamente corto; pueden cosecharse a los 90-100 días desde su siembra. Un elemento fundamental a tener en cuenta a la hora de recolectar las frutas tiene que ver con las unidades de calor que las mismas contengan. Es decir, la cantida de tiempo que las sandías estuvieron expuestas a temperaturas adecuadas para poder desarrollarse.

Por otro lado, es un cultivo que requiere suelos con importante retención de humedad. El estrés hídrico es uno de los factores que más afecta a la sandía, porque la retrasa.  “Cualquier estrés que la sandía sufra durante su desarrollo ya se por frío, exceso de calor, falta de agua o de nutrientes en el suelo, va a incidir en el tamaño final de la fruta”, explicó a InterNos Eduardo Auras, director de horticultura de Misiones y productor de la provincia.

Formosa, Chaco, Misiones y Corrientes son algunas de las provincias que producen esta fruta. Este año, la localidad de Las Lomitas, en Formosa, fue la primera en cosechar y cubrir la oferta con sandía primicia. Es decir, fue la primera en salir al mercado. Allí existen aproximadamente 70 productores que trabajan un total de 450 hectáreas. Sus siembras comenzaron aproximadamente en el mes de junio y las cosechas se concretaron a mediados de octubre.

Chaco es la segunda zona en cosechar sandías, principalmente la localidad de Castelli. Las sandías chaqueñas se cosechan en noviembre y comparten el calendario con Misiones. En esta última provincia, la producción se encuentra en manos de 200 pequeños y medianos productores que trabajan unas 400 hectáreas. Estos abastecen a los mercados de cercanía y logran su mayor oferta en el mes de diciembre. Sin embargo, la siembra se hace de forma escalonada y eso permite extender la presencia de las frutas misioneras hasta marzo.

“En Misiones las familias productoras hacen poco volumen de sandía, pero consiguen precios altos. Es una cuestión de idiosincrasia. Los productores están conformes con la dinámica comercial y productiva que lograron, esto hace que no pretendan ampliar sus hectáreas o crecer en volumen de cosechas. En provincias como Chaco, Formosa o Corrientes hay empresas grandes que tienen la capacidad de producir mucho y cubrir varios mercados. Incluso internacionales”, dijo Eduardo Auras.

Por ultimo se encuentra Corrientes, otro de los puntos importantes en producción de sandía. Hoy cuenta con más de 2000 hectáreas cubiertas. Allí se realizan dos cultivos por temporada, uno se da en noviembre y luego se realiza otro en el mes de enero con el objetivo de extender la oferta productiva. Con esas ultimas cosechas, Corrientes cubre la oferta de los mercados más grandes como es el caso del Mercado Central de Buenos Aires donde las frutas correntinas pueden durar hasta el mes de marzo aproximadamente.

Si bien esas cuatro regiones son las que más desarrollo e importancia le dan al cultivo de sandía, también pueden encontrarse plantaciones de este tipo en Entre Ríos, que cubre la oferta desde diciembre a febrero, y Buenos Aires que lo hace de enero a abril.

Uno de los principales desafíos de los productores argentinos es lograr sandias primicia. Para eso es necesario no solo un buen manejo del cultivo y una siembra anticipada, sino también la incorporación de mejores tecnologías. Este último punto representa para Misiones un punto débil.

“El relieve de la provincia no permite mecanizar la producción de la sandía como sucede en otras zonas, eso nos coloca en una posición de desventaja a la hora de expandir la actividad. Todo se hace de forma manual y eso se transforma, a veces, en un obstáculo porque no se puede mecanizar la preparación del suelo, la siembra o la cosecha. A eso se le suma que hoy escasea la mano de obra y la sandía demanda mucho”, comentó Auras.

Las variedades de sandías que más se producen en Argentina son la Crimson Sweet (sandía redonda) y Jubilee (rayada larga). Pero desde hace unos años, también aparecen variedades híbridas que presentan mejores rendimientos y son más resistentes a lo climas hostiles. “Hoy la mayoría de las empresas tienen semillas híbridas que se adaptan a cada una de las regiones donde se cultivan”, aseguró el director de Horticultura de Misiones.

Durante los meses de octubre - noviembre, los mercados concentradores empiezan a recibir de las zonas productivas las primeras sandías para comercializar. Pero, como la oferta todavía es acotada también cubren los mercados las sandías procedentes de Brasil. Los precios no varían mucho entre las frutas nacionales y las importadas. Hoy las sandías brasileras en el Central de Buenos Aires cuestan aproximadamente 60 pesos el kilo y se comercializan a granel. Mientras que las nacionales cuestan aproximadamente 53 pesos el kilo. Los meses de mayor oferta de sandía se da entre los meses de noviembre hasta febrero. Por consecuencia, los precios durante ese periodo son más accesibles.

 

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