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Política Sectorial

Dólar: Afirman que no habrá devaluación

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|Argentina|

Un informe elaborado por el Banco Central descartó la posibilidad de una devaluación a fin de año y afirmó que la cotización del dólar oficial alcanzaría los 84 pesos en diciembre, lo que representaría una suba del 8.7% respecto a sus valores actuales.

El país transita una lenta recuperación productiva y la voluntad del gobierno es evitar una modificación abrupta en el tipo de cambio que impacte en los costos productivos, que se trasladarían de manera directa a los precios internos como sucedió en 2018 y 2019.

Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, fue uno de los primeros en negar a la herramienta devaluatoria para achicar la brecha cambiaria. "No se ve una vinculación entre lo que ocurre en el dólar paralelo y lo que pasa en las góndolas, ya que el ritmo de los precios internos tiene que ver con el tipo de cambio oficial", expresó el funcionario consultado sobre este punto en Futurock.

"En 2015 Macri dijo que se iba a eliminar el cepo y que iba a haber una devaluación pero que eso no iba a afectar en los precios porque estaban atados al dólar blue ¿Qué pasó? Hubo una devaluación del 40% y una inflación del 40%", reforzó el ministro.

No obstante, al gobierno se le presenta el desafío de reducir la brecha cambiaria, reforzar las arcas del Banco Central y mejorar la oferta de dólares. En la ultimas dos semanas la cartera de Economía aplicó una serie de políticas financieras que redujeron la distancia entre el tipo de cambio oficial y el dólar blue, que actualmente promedia por encima del 90 porciento. Así, comenzaron a alejarse los fantasmas de la devaluación.

En lo inmediato, la cartera de Economía busca que la brecha se ubique entre un 50 y un 60 porciento. En el día de hoy el dólar blue cotiza 154 pesos para la compra y 160 pesos para la venta, mientras que el oficial promedia 78,02 para la compra y 85,01 para la venta.

"Ahora estamos construyendo una especie de puente de estabilidad de alrededor de 60 a 90 días, mientras se trabaja en lo que es un programa de estabilización macroeconómica plurianual que se va a enviar al Congreso de la Nación, donde se definirá cómo se van a poner en orden las cuentas, la parte externa, la acumulación de reservas, la parte fiscal, al mismo tiempo que la economía se va recuperando", expresó Martín Guzmán.

El ministro reconoció “presiones devaluatorias”, aunque subrayó que el gobierno continuará haciendo uso de los instrumentos necesarios “para continuar con la política cambiaria que consideramos sana para Argentina, que es que el dólar vaya de la mano con la inflación en lo que es el tipo de cambio oficial", añadió.

Si bien es posible que el dólar se mantenga estable hasta fin de año -que, en una economía como la argentina, es noticia- el foco deberá estar puesto en la falta de empleo, la caída de la inversión y la pérdida del salario real causa de la falta de actividad económica por la pandemia. El gobierno deberá comenzar a dar señales contundentes de su plan productivo.

En lo que respecta al sector frutihortícola, el tipo de cambio genera múltiples análisis. Por un lado, productores que abastecen al mercado interno temen a una devaluación de la moneda. Se sabe: para quien produce dolarizado, vender en pesos significa una reducción en la rentabilidad si los valores del producto en las góndolas no acompañan a la inflación.

En la comercialización de productos frescos -donde la oferta y la demanda imponen el valor de la mercadería según su disponibilidad en los mercados- producir con insumos a valor dólar y recuperar la inversión en una moneda devaluada significa trabajar a pérdida. Muchos pequeños y medianos productores hortícolas argentinos conocen de cerca este fenómeno.

Por otro lado, el sector exportador reconoce que una actualización del tipo cambio mejoraría la competitividad en los mercados internacionales, además que evitaría la sobrefacturación o subfacturación de las operaciones comerciales para obtener mayores ganancias en el mercado del dólar paralelo.

Hacer competitivas a las economías regionales y al agro exportador sin perjudicar de manera directa la estructura de costos interna es el desafío que afronta cada nueva gestión de gobierno. Al momento, sin una solución definitiva.

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